Estos son los retratos de lo mejor de nosotros. A veces son los ancianos de nuestra tribu encarnados en un enorme cuadro de rostros, de gestos, de afectos. Otras veces son más jóvenes, los jóvenes de la tribu. No pretenden ser elegía de los héroes. Son, más bien, un diálogo íntimo con aquellos que en su andar han removido y remueven el camino.