No hay mal que por bien no venga. Por ejemplo, a este hombre bautizado como Alien por los (malos) amigos, el coronavirus le ha venido al pelo. El barbijo lo ha integrado finalmente a la sociedad. Una tragicomedia que podría ser un monólogo para estos tiempos teatrales.
Entra un hombre con el torso desnudo, hace un movimiento amorfo, se ríe y habla.
Me dicen Alien. Como el ”mostro”. El que persigue durante ocho pelis a “Sigunigüiver”. Si eso no es amor, ¿cómo le decís? Yo, como Alien, soy alto y, si te toco, estás preñada. Abro la boca y me sale otra boca, otra boca, otra boca y me sale eso: alien… to.
Por wasap, mis amigos me dijeron que al único que le viene bien el coronavirus es a mí. Fuerte que tus amigos te digan algo así. Pero es verdad. ¿Es fuerte aprovechar la pandemia para beneficiarse? Bueno, pero, ¿los bancos no lo hacen? Si vos me preguntás si me sensibilizo con la enfermedad, no voy a ser hipócrita: a mí esta tragedia me benefició. Y estoy contento, sí.
Somos el último eslabón en la cadena social. Incluso mal que mal, hasta los pobres a veces ganan un chori, pero a nosotros nunca nos tocó nada. No hubo jamás pastilla de eucalipto o de menta que nos salvara. Lo de las pastas dentales es una de las grandes mentiras de la civilización. Te dicen que te cepilles más. Verso. Gasté una fortuna en pastillas y en dentista porque me comí el verso de que podían ser caries.
Cuando me pusieron Alien me molestó, fue agresivo. Un señalamiento: no existen apodos para los que se tiran pedos y no sé porque ellos son respetados, hasta son considerados graciosos, les hacen uhhhh, se tapan la nariz y todo se ríen, a lo sumo los patean y se van ¿Sabes lo que daría porque me pateen? Pero no, si vos tenés mal aliento, no se ríe nadie. ¿Qué te pensás, que me gusta? Yo me huelo dos por tres (se lleva la mano a la cara). A mí esto me hizo perder mi pasión futbolística; en una asamblea del club, un desubicado sometió a votación que yo aliente a los equipos contrarios, “que Alien los aliente a los otros, nosotros queremos respirar”. Nos niegan el mundo. Una injusticia, ¿por qué no buscan la cura para el mal aliento? Se acepta cualquier barbaridad: ser vegano, tener linkedin, hasta alguno le pega hacerse pobre. Como Francisco, no el Papa, el original. Pero fíjate que en la historia universal, si algo llama la atención es que nadie nunca quiso probar tener mal aliento. Nadie.
Yo del coronavirus no hablo mal, a mí me favoreció. No le voy a morder el brazo a quien me da de comer. No te puedo mentir, hace dos años que estoy en la gloria. El barbijo me puso dentro del mundo. Como ahora les gusta decir, me visibilizó. Si yo hubiera sabido el resultado, me hubiera ido a vivir a China hace 20 años porque ahí eso estaba de moda sin que se muera nadie. Acá hay otras circunstancias, tá bien. Pero a mí, personalmente esto me vino bien. No en todos los aspectos, porque también soy monotributista, pero me vino bien. El barbijo hizo revalorizar la seducción en la distancia y me mejoró la economía; gastaba una fortuna en pastillas.
Siempre fui bueno en la distancia, soy más del tenis que del ping pong. Estos últimos dos años han sido la gloria. Mucho alcohol en gel y vamos Alien todavía.
Mirame a los ojos, hagámoslo con barbijo.