La religión como opio del pueblo, ¿es una de las primeras fake news? ¿Qué tiene que ver un lavaplatos con creer en dios?
Para quienes tienen uno, lo que voy a relatar tiene el mismo efecto que advertirle a un creyente que la religión es el opio de los pueblos o que hay demasiados curas pedófilos. La gente cree en Dios, lo defiende con la misma fe con la que defiende la máquina que lavaplatos.
Hasta no ver uno, no lo sabía, pero ahora puedo afirmar que los lavaplatos no funcionan si uno coloca los platos sucios. No estoy haciendo un chiste, si usted coloca los platos sucios y lo prende, se traba y no funciona más. O sea, la máquina se compra, se usa una vez y se la tira porque la máquina lavaplatos funciona únicamente con platos que no sólo están casi limpios, sino ordenados de una manera superconcreta.
¿Están leyendo? Juro que es verdad. Los cubiertos sólo se pueden poner de un modo porque si no, rompen el lavaplatos. ¡Ja!
Si ustedes no me creen pueden preguntarle a la inteligencia artificial. La existencia de la máquina que lavaplatos de ese modo bastaría para demostrar que no existe ninguna posibilidad de que el mundo mejore y que si llegan a hacerlos populares desplazarían a la religión como el opio de los pueblos.
Carlos
La frase la popularizaron los comunistas. Es pegadiza, funciona y es de aquellas que sirven para cerrar una conversación. La usé poco porque siempre estuve rodeado de ellos –de comunistas– y es posible que sean la antesala de la Wikipedia. Saben de todo. ¡Bah! Sabían. ¡Bah! Durante un tiempo supieron. Hoy en día estar rodeado de comunistas sólo es posible en Transmitria, que es un estado no reconocido por nadie y cuyos héroes son Marx, Lenin y Stalin. Los tres juntos. ¡Ja!
En Transmitria no hay lavaplatos: es un estado pobre. Los transmitrianos, al igual que un resto del mundo, repiten y repiten la frase de Marx; el problema es que no la entendieron gracias a la primera fake news comunista.
Veamos: Carlitos Marx escribió en la Crítica de la filosofía del derecho de Hegel, de 1843, lo siguiente: “El sufrimiento religioso es, en uno y al mismo tiempo, la expresión de sufrimiento real y una protesta contra el sufrimiento real. La religión es el suspiro de la criatura oprimida, el corazón de un mundo descorazonado, el alma (o el espíritu, der Geist) de una condición desalmada. Es el opio de los pueblos”.
Los que repiten el final de esta cita la resumen bastante mal y demuestran que no saben de lo que están hablando. Agarraron una sentencia y la usan incluso diciendo lo contrario, porque Carlos Marx no dijo que la religión es algo que droga a los pueblos, en realidad Marx quiso decir que los calma. De la misma manera que tener un lavaplatos.
Victorio
La V que compone la inicial del segundo nombre de Julio Mansilla remite al nombre Victorio que, como todos sabemos, es el masculino de Victoria.
En un capítulo de su excursión entre los indios Ranqueles hace una afirmación sobre la libertad que me ha quedado rondando la cabeza desde hace una semana. El coronel Mansilla, el soldado, que no por ello deja de ser aventurero, escritor, antropólogo y en este caso filósofo, define qué cosa es la libertad.
Vas a tener que prestar atención y volver a leer la definición, no porque no la entiendas sino porque al volver a leerla es posible que te produzca un acceso de alegría. Mansilla afirma: “La libertad es el poder de elegir no hacerle daño a alguien”. Leelo lento para que resuene en tu cuerpo: La libertad es el poder de elegir no hacerle daño a alguien.
Explico, si en tu trabajo, no digo tu vida, digo tu trabajo, sos llevado a hacerle daño a alguien y podés elegir no hacerlo, sólo en ese caso sos libre. Si a vos te obligan a hacer cosas que están mal, no sos libre. Si en tu jornada contribuís con tus pequeños actos, simples actos, laborales actos, actos legales, actos que debes hacer para que te paguen, para que no te echen, para que tu familia tenga dinero, si sos conminado a hacer algo que le hace daño a alguien y vos no podés elegir, puede que estés en lo cierto, puede que seas correcto. Incluso, puede que no seas malo, puede que no tengas otra opción, puede que te dé pena hacerlo y reces en la noche. Puede que adviertas que la mayoría de los seres humanos hacen lo mismo y tengas razón; puede que la justicia te absuelva, puede que todos te entiendan, incluso es importante señalar que tal vez no tengas opción porque formas parte de una mecánica que te excede.
No obstante, es importante que señale que coincido con Victorio; no sos libre. Por lo tanto, si te hace feliz tener un lavaplatos, no le hacés mal a nadie. Sos libre.