¿Qué habrá sido de la actriz del largometraje La vertiente? ¿Vive todavía? ¿Qué hacía cuando Jorge Ruiz la fichó para encarnar a la profesora Teresa? ¿Cómo se hace para perseguir a una fantasma llamada Rosario del Río?

Rosario del Río es una de las actrices del cine boliviano del siglo XX de las que poco se sabe más allá del nombre. Maricarmen Molina, estudiosa del audiovisual en el país, me hizo dar cuenta sobre ese vacío hace como un mes. Ocurrió que el investigador estadounidense David Wood, que llegó a La Paz para hablar del mediometraje Miles como María (Harry Watt), quería tener información sobre la persona que, en la parte dedicada a Bolivia, encarna a una enfermera. Ese film de 1958 ganó el Gran premio para obras de televisión en el Festival de Venecia (Italia).
No supe decir nada, pues nada hay de Rosario del Río en el teatro boliviano, que es el área de la que tengo algo de información. De todas formas me puse a buscar en libros de artes escénicas y luego en Google. Nada de nada, excepto, claro, que la actriz es Teresa, la maestra colla de La vertiente, película filmada en 1958 y estrenada en 1959, ambientada en Rurrenabaque (Beni), dirigida por Jorge Ruiz y guionizada por Oscar Soria.
Acerca de la presencia de Wood y de Miles como María, que se proyectó en la Cinemateca Boliviana el 21 de febrero reciente y que motivó el conversatorio Bolivia en la pantalla global – Relatos visuales del asistencialismo, Alfonso Gumucio escribió un artículo en el que da mucha información sobre el film de 10 minutos que tuvo en la cámara al propio Jorge Ruiz y que es parte de una trilogía en el género del documental o, dice Gumucio, semidocumental.
Pero es de la actriz que hay que hablar ahora. Resulta apasionante seguirle la pista, como ya hice con Juanita Taillansier, protagonista de Wara Wara (José María Velasco Maidana), gracias a un folleto que me llevó hasta su sobrina, Jeanne de la Riva, y a un valioso material acerca de esa paceña casada con un ciudadano francés (de allí el apellido, que no es “Tallansier”, como se ha difundido ampliamente), sus ideas sobre el divorcio, la nota que le envió Velasco Maidana agradeciéndole por su trabajo, y otras maravillas. Pueden curiosear en Juanita Taillansier, la primera estrella del cine boliviano.

La enfermera, la maestra
María es una enfermera citadina que, con un sobrio traje sastre y tacones, llega hasta una población rural altiplánica con la misión de convencer a la gente de que es preciso adoptar otras medidas para curar y cuidar, ya que la tradicional no sería la deseable. Pese al inicial rechazo, la profesional de blanco uniforme insistirá y se ganará la confianza de sus asistidos. (Miles como María, Harry Watt, 1958).
La joven profesora paceña Teresa llega a Rurrenabaque, población beniana que carece de agua potable y que consume la del río, con el riesgo de enfermedades que ello conlleva. La muerte de uno de los alumnos por esa causa lleva a la maestra a movilizarse para conducir el agua de una vertiente hasta la población. Su empeño, en principio menospreciado sobre todo por los varones del pueblo –entre ellos un cazador de caimanes (Raúl Vaca Pereira)–, convencerá y unirá finalmente a toda la población. (La Vertiente, Jorge Ruiz, 1959).

“That’s my mom”
Pero cómo se busca a una fantasma de celuloide en blanco y negro. Las redes digitales, seguramente. Fue así, navega que te navega, que en un breve comentario del trailer de La vertiente en YouTube, alguien había escrito: “That’s my mom”.
La punta de la red estaba a la vista. Una dirección de correo en el perfil, escribir, preguntar. Efectivamente, Nicole Ballivián es una de tres hijas de Rosario del Río y el economista paceño Jaime Ballivián.
“Mi madre, luego de La vertiente, se casó con mi padre y se mudaron a Washington DC”, cuenta la hija que, nacida en Estados Unidos, radica hoy en Los Ángeles, donde se dedica a escribir guiones y dirigir películas.
Con el apellido de casada, Ballivián, es posible hallar algo de información sobre la actriz boliviana. El obituario que da cuenta del fallecimiento de Rosario indica que ella nació en La Paz el 6 de noviembre de 1938 y murió en Virginia (EEUU) el 15 de octubre de 2017. En 2015 había fallecido su esposo, quien fue funcionario del Banco Interamericano de Desarrollo.
Nicole confirma lo mencionado y añade el dato de cómo Rosario se convirtió en actriz. “Mi mamá fue elegida para la película cuando Jorge llegó a su escuela de ballet –el Ballet Nacional que luego se llamó Ballet Oficial de Bolivia– y realizó audiciones. Audicionaron casi todas las bailarinas y mi mamá fue seleccionada”.
La vertiente se filmó antes de que la actriz cumpliera los 20 años y así fue que la imagen de la esbelta joven de cabello negro quedó plasmada en la historia del audiovisual boliviano.
A Washington, la paceña llegó con 22 años de edad y tiempo después la familia se trasladó a Virginia, donde “mi madre tenía su propio negocio de diseño de interiores” y, ocasionalmente, “tuvo la amabilidad de aparecer en algunas de mis películas cuando era más joven, aunque sin diálogo”, explica Nicole.

Una pierna lastimada
La foto de Rosario y Jaime jóvenes, que es parte de esta nota, es de cuando se conocieron, dice la hija: “Una historia romántica. Fue después del rodaje de La vertiente. Mi madre estaba esquiando en Chacaltaya, se cayó y se rompió la pierna. No conocía a mi padre, pero él también estaba esquiando allí, la levantó y la llevó al chalet. El resto es historia y aquí estoy escribiéndole”.
Al estreno de la película, Rosario acudió llevando una escayola en la pierna. “La prensa creyó –le contó la mamá a Nicole– que se había roto la pierna por la escena de la película donde el árbol le cae encima. ¡Chistosísimo!”.
Rosario del Río y Jaime Ballivián bautizaron a sus hijas como Cecilia, Mónica y Nicole –quien, como se ha dicho, sigue una carrera en el cine, aunque tras las cámaras–; ellas les dieron tres nietos: Alexa Mencia, Nicolas Mencia y Zahra Strecker.
Como pasó con Juanita Taillansier, la vida de Rosario del Río en pantalla fue muy breve; pero es innegable que tanto Wara Wara como Teresa forman parte destacadísima del imaginario cinematográfico boliviano.