Morgan Herbas Loureiro
Un minero. Sus pulmones. Un derrumbe. Los ingredientes están dispuestos para apuntar hacia el capacitismo como una de las bases de la virilidad. La obra teatral se estrena el 25 de noviembre en la Cinemateca Boliviana.
Indagar los mandatos de la masculinidad patriarcal hoy en día es una urgencia, una deuda que ya era hora de desenterrar. Sin embargo, resulta difícil hacerlo sin caer en lugares comunes y discursos panfletarios del tan ansiado aliado (quien convenientemente no
renunciaría a ningún privilegio). Tal vez porque la mayoría de las veces intenta ser un espejo del discurso feminista y estar a la moda siendo “políticamente correcto”, en lugar de detenerse a reflexionar sobre las bases constitutivas de la masculinidad y las condiciones socio-culturales (específicas en cada territorio) que la sustentan.
La propuesta dramatúrgica de Sin aliento logra evadir esta trampa y, desde un lenguaje poético, levanta el polvo para quienes se atrevan a ver en la oscuridad. La historia es simple a primera vista, de noticiero: Jorge, un minero de segunda generación, es víctima de un derrumbe. ¡Qué mejor lugar que la mina para hablar de la masculinidad hegemónica en nuestra sociedad! Las primeras piedras, la relación de poder con la mujer y la ausencia de inteligencia emocional, quedan fuera de vista. Ahora sí, ingresamos al cerro y el reto está en llegar a los cimientos sin quedarnos paralizadxs en la primera galería.
El cerro no sólo representa esa coraza de expectativas que impiden respirar, sino que también es el propio cuerpo de Jorge, auto-explotado y vaciado de deseo.
Si bien no faltará el típico discursillo del hombre desertor del patriarcado, quien presume de abandonar el mandato del padre, la violencia física, el abuso sexual, renunciar a ser proveedor de la familia, etc., la obra logra dejar varios estratos iluminados. Uno de ellos deja huella en un detalle que parecería azaroso: Jorge ha nacido sin pulmones. Aquí empieza a resquebrajarse su masculinidad. Sí señorxs, no estamos hablando de genitalidad, sino de capacitismo como una de las bases de la virilidad. Como dijo Luciano Fabbri, la masculinidad es un proyecto político extractivista y, en el caso de esta obra, no hay metáfora. El cerro no sólo representa esa coraza de expectativas que impiden respirar, sino que también es el propio cuerpo de Jorge, auto-explotado y vaciado de deseo.
Como una segunda capa, y podríamos seguir excavando la mina, nos topamos con el tema de la precariedad, tan palpable en nuestra sociedad (incluida la escena teatral). Entonces, nos preguntamos si no hay alguna relación entre esa precariedad material y la precariedad afectiva; si acaso estas condiciones no son también parte del derrumbe que el modelo patriarco-colonial ha generado. A fin de cuentas, nuestras masculinidades posibles terminarían siendo siempre subordinadas a un poder mayor, sin lograr alcanzar la cúspide de la pirámide.
Cuerpos dialogales
En la muestra de proceso de obra al que pude asistir a finales de septiembre en el espacio cultural El Gallinero, ya se lograba palpar la intensidad de la propuesta sonora. Los parlamentos se superponen en vivo, generando varias líneas temporales indistinguibles como ecos generacionales que nunca han dejado de habitar entre nosotros. Los mandatos espectrales se encarnan en los cuerpos mineros y las historias se repiten generación tras generación. El loop resulta inquietante y provocador.
La obra teatral Sin aliento se estrenará el 25 de noviembre en la Cinemateca Boliviana tras un largo proceso de exploración escénica. Siendo parte del proyecto Cuerpos Dialogales que se realizó en el marco del programa “ARTEscénicas + digitalidad” organizado por el Goethe-Institut, el equipo (Katy Bustillos Villa, Daniel Prieto y Jorge
Ernesto Barrón) recibió formación con distintos artistas internacionales para la
incorporación de nuevas tecnologías en la escena. El texto implica en sí mismo un reto actoral al no trabajar con la construcción tradicional de personajes, sino con voces poéticas testimoniales y rapsódicas; a esto se suma la interacción con elementos escénicos construidos con tecnología poco explorada en nuestro medio. El trabajo corporal/actoral tendrá que estar a la altura para que funcione como aglutinador de los diferentes ejes y,
de esta forma, el dispositivo teatral completo se potencie y genere nuevos pliegues de sentido.
Ficha técnica
Sin aliento es una creación de los artistas escénicos Katy Bustillos Vila, Daniel Prieto y Jorge Ernesto Barrón. Es parte del proyecto Cuerpos Dialogales desarrollado en el marco del programa “ARTEscénicas + digitalidad” organizado por los Goethe-Institut en Chile, Bolivia, Uruguay, Brasil y Colombia; en colaboración con Espacio Checoeslovaquia y NAVE en Chile, el Instituto Nacional de Artes Escénicas de Uruguay y la Akademie für Theater und Digitalität en Dortmund, Alemania. Cuenta con el apoyo de Wilo-Foundation.
En Bolivia colaboran: Mímesis Teatro, Mosaico Colectivo, Bicho Sonoro, Par Mil Productora Artística y la Fundación Cinemateca Boliviana.