Cuatro meses pueden ser pocos o muchos. Depende del aprendizaje que en ellos quepa. Y cabe mucho para quien se integra a un coro bajo la batuta de un tejedor de voces.
Eres la nota que complementa mi melodía. ¿Te gustaría ser parte del coro y ensayar a mi lado para crear armonía en cada paso de nuestra vida? Así comprendí la invitación del amor para realizar una actividad juntos y me embarqué en esa aventura.
Desde la audición en la que resulté soprano, hasta las dos emocionantes actuaciones, mi experiencia como novata en la Coral Boliviana – Cochabamba ha sido un viaje musical lleno de descubrimientos y crecimiento personal.
Al principio sentía que el miedo se aferraba a mí como una bestia invisible y como sombra sigilosa, que fue menguando su fuerza en cada ensayo nocturno de lunes y jueves. Ya en el ensayo general y, sobre todo, en las dos grandiosas presentaciones, el miedo y yo conquistamos la luz.
Antes de ser coralista fui un lienzo en blanco musical, pese a que me consideraba como “culta” por escuchar música que para mí era bonita, por tanto, imaginaba que la conocía. Sin embargo, tengo que afirmar, sin temor a equivocarme, que la coral me enseñó a escuchar y apreciar una Novena Sinfonía de Beethoven o el Réquiem de Mozart entre otras obras de arte.
¿Ahora entiendes por qué y para qué el director del coro mueve los brazos?, me preguntaron… y con orgullo respondí que sí, y traté de explicarlo en la forma más sencilla posible. El director del coro con cada movimiento de sus brazos, manos y dedos, teje hilos invisibles que unen las voces, guiando melodías y creando un mágico lienzo de armonías. Gracias a él se transmitió la emoción y la intención de cada pieza musical al público asistente, y también a cada coralista durante los ensayos. ¡Cuántas veces derramé lágrimas de emoción!
¿Y qué decir de su método de enseñanza? Quizá es un método que parece una varita mágica, capaz de transformar a un grupo de cantantes en un coro excepcional. Soy pedagoga, no podría hablar de métodos específicos o comunes para enseñar a cantar, sin embargo, realizaré una breve descripción desde mi experiencia, ya que sigo asombrada porque a pesar de nunca haber cantado, aprendí a leer e interpretar notas musicales.
Mi director se basó en métodos inductivos, permitiendo que exploremos y descubramos el contenido de las partituras. En los ensayos, sin seguir una correlación de principio a fin en determinadas canciones, tomó tiempos y fragmentos para organizar el canto por voces, armando las melodías que resultaban mágicamente hermosas composiciones musicales.
También usó el método deductivo, porque por su particular disciplina permitió que comprendamos y apliquemos técnicas vocales de manera rápida y precisa. Además, trabajó con profesionales de la música de forma delicada y constante, fomentando ejercicios y técnicas específicas para alcanzar un mejor y mayor nivel vocal en conjunto.
Fomentó asimismo la exploración y el aprendizaje, ya que motivó la experiencia práctica a través del estudio personal permanente, promoviendo el desarrollo de habilidades de escucha y hasta de cooperación entre los coralistas, mediante espacios de interacción y apoyo, tal cual un hábil jardinero que cultivó armoniosamente las voces para permitir que florecieran sinfonías encantadoras.
El director del coro es como el jefe de la orquesta familiar que, con su amor y liderazgo hace que todos canten en armonía. Mi director es un gran educador y motivador, que como un rayo de sol nos llena de energía e inspira con palabras dulces antes de salir a escenario.
Debo también decir que experimenté el amor y entrega familiar. Destaco y agradezco a la familia entera de mi gran director Álvaro Lanza Segurola, por ser su equipo de apoyo, su brújula y sus anclas en el mar de la música. Álvaro ha demostrado a sus pupilos durante estos cuatro meses que es un gran amigo, padre, esposo, hijo y por supuesto director de coro, que hace que los instrumentos de su vida suenen en perfecta armonía.
¿Qué más puedo expresar de mi sentir? Que el coro además me permitió conocer a personas maravillosas; ha sido el canal melodioso que me abrió esas puertas de bendición obsequiando más armonía a mi vida. Por ello siempre estaré agradecida.
Cuatro meses atrás yo era distinta; hay un gran y hermoso camino que recorrí. Hoy me siento una Diva.
