Habrá feria internacional del libro en El Alto en marzo de 2024. Buena noticia lanzada en la cita con las letras y sus cultores que acaba de terminar en La Paz. Lo sucedido en la 27 cita paceña da pautas para exigir a autoridades mayor respaldo. Autores, hay. Interesados en leer, también. Mejores condiciones hacen falta.
¿Cuánto cuesta alquilar el campo ferial Chukiago Marka para la feria del libro?, le pregunto por curiosa a Fernando Barrientos, parte de la directiva de la Cámara Departamental del Libro. Algo preocupado dice que 100 mil dólares cada año. Desde el 2013 se pagó un millón de dólares. ¿Y quién administra ese lugar? Me quedo mirando el horizonte y después me quedo mirando también cómo los chicos de colegio que asistieron a la feria no se llevaron, en su gran mayoría, ni un solo libro. Yo no sé qué hacen el Ministerio de Culturas y el Ministro de Economía para fomentar de verdad este evento y la cultura del libro. Miro nuevamente al horizonte y tomo una cerveza de mantequilla.
Todavía recuerdo el año en el que se inauguró la feria en el Chukiago Marka porque tuvieron que intentar evacuar gente. El piso temblaba y los de seguridad no paraban de gritar para poner orden. Por supuesto, nuestro espíritu curioso llenó el lugar ese sábado histórico y por eso nadie hizo caso a las alertas de accidente; la evacuación fue un fracaso y más bien no pasó nada. Lo que ha sucedido con los años es que esa fiebre ha disminuido.
La entrada de 15 bolivianos es nada en comparación con cualquier pipoca que se vende hoy en día en los cines de La Paz. No hay pretexto: ir a antojarse libros a la feria resulta una experiencia regalada. En todo caso, habrá que pagar nuevamente los 100 mil dólares al que alquila el boliche. Un poco doloroso para el rubro de la cultura.
En fin, la Feria Internacional del Libro en La Paz, en su versión 27, ha terminado, y ojalá que quien acudió se haya llevado al menos un libro y algunas impresiones. Hago una mini lista de las mías:
Desde el 2013, la Cámara Departamental del Libro de La Paz pagó un millón de dólares por el alquiler del campo Chuquiago Marka. ¿Qué reciben editores, autores y público a cambio?
Mujeres Creando la rompieron
Una tiene sus libros ya en casa, cada quien con su gustito, pero llega nomás el momento crucial para conocer nuestros consumos globales. Al finalizar la última noche de feria, la Cámara Departamental del Libro lanzó sus resultados según el registro de 10 editoriales. Los paceños y no paceños de feria compramos locamente los libros del stand de Mujeres Creando, una linda señal para el feminismo. La versión gráfica de la obra Calibán y la bruja, de Silvia Federici, ilustrada por Danitza Luna, reportó la venta de 800 unidades. La tercera edición de Espejito mágico, de María Galindo, vendió más de 1.000 y Feminismo bastardo, aproximadamente 700. ¿Cuál de ellos, o de los otros, por ejemplo la ruta crítica para mujeres en situación de violencia, se habrán comprado los policías que recorrieron el stand y salieron con libros en mano?
El colectivo marcó otro hito con la proyección de la reciente película de María, Revolución Puta, que convocó a tanto público que hubo larga cola para ver la propuesta anti Barbie: el auditorio Illimani quedó repleto de mujeres y hombres.
Los más buscados
Lindo sería contar con un sistema que anote qué libros compraste y qué te antojaste, para tener un panorama de tus consumos, de tus imposibles, de tus crush de papel. Pero sólo nos quedan los conteos rápidos, la boca de urna y los informes preliminares para resaltar algunos títulos a los que le fue bien en las preferencias.
– La escritora María Alejandra Balderrama hizo su agosto en la editorial GUM. Su primer libro Cuentos que no son cuento, historias basadas en hechos reales, agotó su primera edición de 500 ejemplares. El libro costaba 20 pesitos.
– Klauss Barbie. La ruta de la rata también hizo lo suyo en la editorial El Cuervo. Se vendieron aproximadamente 400 ejemplares. Sin duda, la novela gráfica está empezando a ser tendencia en nuestra lectura y más aun cuando Bolivia aparece de algún modo. Lindo libro. Linda visita de sus autores, quienes llegaron desde Francia para conocer el país donde vivió por años… esa rata.
– A simple vista, la editorial 3600 reporta que Apología de Sócrates, la obra póstuma de Adolfo Cárdenas, fue la más buscada, junto a su novela más famosa, Periférica Boulevard. También se destacó La del estribo, de Víctor Hugo Viscarra. ¡Cuándo no!
-La Asociación Boliviana de Creadores de Historietas y La Viñeteca informaron que 31 mitos y leyendas de Bolivia de Muy Waso y Edgar Pomar fue la publicación más vendida de sus stands. Si se añade que La audaz, espacio para los libros alternativos de autores nacionales vendió el libro también, pues, se puede hablar de éxito.
– Nuevo Milenio y Dum Dum editorial dicen que la novela Furia de la mexicana Clyo Mendoza fue la más popular. Tanta ternura y rabia en su literatura tenían que motivar a los lectores. Pero que también Seúl, Sao Paulo de Gabriel Mamani se hizo gas. Sin dejar de mencionar la edición del 25 aniversario de Amores imperfectos de Edmundo Paz Soldán y Ustedes brillan en lo oscuro de Liliana Colanzi.
– En Plural editores apuntan a Con las armas. El Che en Bolivia de Gustavo Rodríguez, mientras que la novela Katarina de Adolfo Velasco tuvo también buena venta.
Por su lado, una vendedora de Sólo Libros me susurró que el libro de Robert Brockman y Raúl Peñaranda, Escape a los Andes, también fue un exitazo en ventas.
Sin duda también lo fue El color de las ovejas negras de Cecilia Lanza, quien ya estaba vendiendo sus libros como pan caliente incluso antes de la feria. Una movida independiente desde nuestra trinchera.
Y si de trincheras se trata, ahí están las obras de poesía –como la nueva edición de Ítaca de Blanca Wiethüchter (Santillana) – o de ensayo, como los dos tomos Para una filosofía de la insubordinación. Repensar la utopía y la distopía frente al laberinto digital de Pedro Susz (Plural), o de cuento de misterios varios como los de Desapariciones de Mónica Heinrich (Heterodoxia).
Lo cierto es que hemos comprado libros, a pesar de nuestros sueldos, a pesar de la crisis en la esquina seguimos comprando. Es sano, es buena señal, es una forma de resistencia.
Estrategias, homenajes
ESA CITA A CIEGAS: Sin duda la creatividad y la suerte sin blanca han tenido su éxito también con esos libros envueltos y con una frase escrita en el papel madera. Tuvieron que conseguir una escalera para controlar a la gente que se acercó hambrienta a buscar qué frase le convencía para tener una cita a ciegas con un libro y por 50 pesitos. Si hubiera un concurso por decoración, este stand se llevaría los likes de todos por tan bonita ocurrencia y por la producción que supone envolver tanto libro y escribir frases en cada uno de ellos. A todos nos gustó esa esquina. Muy linda de verdad, además de ser una buena forma de vender libros a lo loco, en especial al público más joven.
LOS HOMENAJES: Triste es ya no tener a algunas de las personas fundamentales en la feria. Los suyos, los cercanos, por su lado y en sus respectivas salas, han recordado a Xavier Albó, Peter Lewy, Adolfo Cárdenas y Álvaro Urdininea. Cantaron, contaron vivencias, hicieron memoria, como si se tratara del reprise de sus velorios, como si todavía el muerto estuviera con nosotros, como si estuviera aún en la testera. Me hubiera gustado de verdad que también se haya recordado a Amaru Villanueva, ese director de lujo que tuvo la Biblioteca del Bicentenario y, que para el dolor de muchos, nos dejó el año pasado.
También ha sido lindo que se les haga homenajes en vivo a Luis H. Antezana y Marcelo Arduz, dos maestros del ensayo y la gestión cultural en el país. Dos homenajes, que a mi parecer, deberían llevarse a cabo en el salón principal de la feria y por varias razones, entre ellas por la necesidad de un espacio con mayor capacidad y por la relevancia de los homenajeados. Son nuestros senseis, nuestros Yodas; merecen los lugares de honor, con un mejor sonido y luces, y asiento para todos.
Algo evidente y que no se puede dejar de notar es que todos los distinguidos fueron hombres. Cierto que, como respondieron desde la organización, de tal sexo eran los fallecidos recientes, pero vivas importantes hay muchas.
Me extrañó por eso esa falta de homenaje en vivo a nuestra querida Vicky Ayllón, quien desde su casa y su lucha para recuperar la salud, igual nos envió un libro. Quizás no le hubiera gustado, quizás prefiere el silencio, la periferia y la rebeldía; pero correspondía hacerle notar, nomás, nuestro cariño. Me hizo falta. La extraño.
Algo evidente y que no se puede dejar de notar es que todos los distinguidos fueron hombres. Cierto que, como respondieron desde la organización, de tal sexo eran los fallecidos recientes, pero vivas importantes hay muchas.
LAS SALAS: La gran diferencia, este año, se hizo sentir porque ya no tuvimos que corretear para encontrar las salas de conferencia, las cuales se integraron al nivel de las exposiciones y ya no en los pisos donde antes se llegaba sacando la lengua o muy tarde. Ahora fueron parte de la esencia de la feria en sí. Eso sí, quedaron un poco pequeños, hubo gente que se desmayó sofocada, me contó una poeta. Y sí, seguimos incómodos, se mejoró bastante, pero aún no estamos contentxs.
Ya deja de criticar, me van a decir. En fin, algunas cosas son como la vida misma, no se puede tener todo al mismo tiempo. En todo caso, como que al Chukiago Marka no lo diseñaron bien, no sé, quizás deberían haber miniauditorios donde se encuentra el auditorio mayor. Soñar no cuesta nada, podrían mejorar eso ¿No? Con tanta plata que entra, ya se podía haber hecho auditorios pequeños para las charlas que no sólo se necesita para esta feria, sino también para otros eventos.
EL PRECIO DEL PAPEL: Hace un par de años no había papel en el mundo, sí, por la pandemia, pero ahora está caro. Ese alto precio del papel es el común denominador de muchas editoriales que por tanto editaron menos libros. Quizás no nos dimos cuenta como compradores, pero sí, hubo menos publicaciones nuevas. De entrada Bolivia no produce papel, tenemos que estar importando y hoy en día la resma de papel, nos cuenta el editor Willy Camacho, subió de Bs 220 a aproximadamente Bs. 400, un incremento durísimo. Supongo que la respuesta también está en la escasez de dólares.
Aún así se notaron los esfuerzos y se agradece un montón por editar y apostar por el objeto libro. Libros no nos han faltado para comprar y vitrinear. Se agradece, de verdad.
LAS TRANSMISIONES: Algo que siempre observo es la escasa calidad de las transmisiones en vivo y los archivos. Aún nos falta mucho. Las charlas, homenajes, presentaciones de libros no tienen la calidad que deberían tener. Habría que aprender de la transmisión impecable que hizo CASIO con la charla del colombiano Julio Profe, imagen y sonido impecables. Pero en el resto de actividades seguimos haciendo las cosas de forma casera. Eso es algo que siempre cuestiono.
En cuanto a archivo, pues todavía recuerdo que no tenemos ni un solo video de la última presentación de Emma Villazón o de la visita de Quino. Nuestra cultura de archivo es muy baja aún. Hay que nomás invertir en hacer un archivo o una memoria con todas las charlas que se hicieron un año anterior. Se dicen tantas cosas lindas que todo eso se queda en el cemento del lugar. No se plasma, no estamos haciendo historia.
LOS INDEPENDIENTES: Pepe Villanueva el poeta, ubicado en el sector de Independientes, me decía que no puede ser que la poesía esté entre la Aduana y un ministerio, que no era justo estar en un sector destinado a las instituciones (la parte más fome, pienso yo)
Tiene razón, la separación de editoriales top y los escritores o editoriales independientes es muy fuerte, tanto que se siente el privilegio de unos y la raleada general a los que no tienen mucha platita para un stand más grande. Y eso que este año hubo un mayor esfuerzo para la autopublicación. Es impresionante la apuesta que está haciendo la gente que publica en Wattpad, para después producir los libros físicos. Me saco el sombrero porque además se van a sentar solitos y solitos hacen su business: ellos diseñan, entran en un negocio novedoso, pero también encuentran otras formas incluso más exitosas para vender su charke. Espero que hayan vendido. Había una chica, la Made Aguirre, que a mitad de feria ya había vendido 150 libros de su saga Mundo inmortal Destierro. El Marco Tóxico, también en ese sector, la señaló y dijo: ¡ella está vendiendo más que todos!
EL PAÍS INVITADO Y LA INSTITUCIÓN: Sin duda, un deleite la presencia de cultura europea. Desde Hamlet en quechua y las canciones de los Beatles, pasando por la médiathèque y la chanson francesa, el Reino Unido y la Alianza Francesa nos regalaron momentos muy bonitos. Libros, cómics, comida y mucho del idioma inglés y francés al momento de conversar y pasar talleres. Se pusieron las pilas, los detalles hacen la gloria, muy lindo tener una cabina de teléfono londinense y a un Asterix que te invite a leer en un sillón. Sin embargo, se lucieron con sus invitados escritores e ilustradores, todos dispuestos a compartir y dialogar con la gente, leer, firmar, sacarse fotitos.
LXS NIÑXS: Otra vez cientos de niños y niñas que recorrieron los pasillos y no se llevaron ni un libro. Era que la feria sea todo el año, para que visiten todos los colegios, para que sea un espacio de eterno antojo, pero al mismo tiempo con actividades de fomento a la lectura.
Qué lindo sería que el Estado compre los libros más importantes de las editoriales bolivianas para la comunidad estudiantil: eso hacen en otros países y gracias a sus leyes del libro.
Deberíamos darnos el modo, como sociedad, para que toda niña y niño se lleve un libro gratis o que haya la forma de comprar libros más baratos, y así cada estudiante adquiera un ejemplar como lo hace con su dulce en el recreo. Todo eso está en la Ley del Libro, que con 10 años cumplidos aún no afina sus reglamentos y hasta el momento las autoridades, como dice la María, se rascan.
Hay falencias estructurales que se sienten en estas situaciones de desigualdad. Qué lindo sería que el Estado compre los libros más importantes de las editoriales bolivianas para la comunidad estudiantil: eso hacen en otros países y gracias a sus leyes del libro. Pero no, el vitrineo es triste, mi niña interior reclama: no es justo llevarnos papelitos de propaganda a la casa. Deberíamos llevarnos todxs por lo menos un libro a nuestra minibiblioteca.
La jauría y los escritores invitados
La poeta recién premiada Joan Villanueva decía en su FB que se venía el Lollapalooza de los poetas. Evidentemente, después de muchos años vimos a tantxs poetas reunidxs, no sólo en la feria sino también en actividades paralelas. Es que el Festival internacional de poesía joven Jauría de palabras aterrizó en la ciudad y activó bastante la movida de escritura durante los últimos días de feria. Está para el repete. Ojalá se les haga costumbre, ojalá sigan invadiendo boliches hasta que las velas no ardan.
Se valora mucho también el esfuerzo por invitar y traer escritores. Si pagar el Chukiago Marka cuesta, traer invitados de tantos países igual es todo un presupuesto. Es algo que nunca debe perderse y se agradece muchísimo a la organización por acercarnos siempre a estas personas que llegan con algo que contarnos, con el mundo a sus espaldas, pues. Y hemos aprendido mucho este año del Reino Unido, de Francia, México, Argentina y otros lugares más.
Lo que se viene
Nos hemos acostumbrado a que haya ferias en el Chukiago Marka y esto también es sano. Alguna madre en los stands le dijo a su hija como consuelo: vamos a volver para la FIPAZ. No entendí mucho esa frase: ¿No había platita ese rato para comprarle un libro a su hija? ¿Le parecía que era más divertida la otra feria? Lo cierto es que La Paz siempre será un tambo, donde todos con nuestro katu hacemos antojar. Esta vez les tocó a lxs librerxs, a las escritoras y escritores. Lindo sería que la feria sea todo el año, dentro de una galería top, así como los libreros de libro viejo en la Pérez Velasco. Pero no, caro es, cansador es, lo entendemos.
Nos conformamos con esa gran noticia que se mandaron en la clausura de la feria. Hay que preparar nuestras billeteras para marzo porque la Cámara Departamental del Libro en La Paz organizará la Primera Feria Internacional del Libro en la ciudad de El Alto. Ya nomás me he imaginado esa feria en un cholet, estaría de lujo.
En todo caso, la movida no ha terminado. Porque ese romance se mantiene latente en las Jiska ferias o en ese espacio pequeño, ese lugar único y privilegiado que aún tenemos en la ciudad de La Paz: la librería. Y lxs librerxs, siempre nos esperan, siempre y eso también hay que agradecer.