La mujer que está detrás de Barbie, la película, viene del mundo del cine de bajo presupuesto, independiente, alternativo. Su historia como actriz, guionista y directora premiada es una caja de sorpresas que vale la pena abrir.
Greta Celeste Gerwig (sí, se llama Celeste) acaba de pasar a la historia como la directora de Barbie, la película más rosada y una de las más taquilleras de los últimos años, algo un poco inesperado viniendo de una artista que se formó como actriz y guionista en las entrañas del cine independiente y alternativo. Concretamente, en el subgénero indie del cine estadounidense bautizado como mumblecore, nombre que se refiere a la producción de películas de bajo presupuesto y que usa canales alternativos de distribución. Es más, el mumblecore se jacta de tener una ética y una estética alternativas. Es en este movimiento o corriente que Greta se inició, actuando para directores como los hermanos Duplass y Joe Swanberg, a principios de los 2000. Lena Dunham, creadora de la exitosa serie Girls, es otra de las directoras destacadas de este movimiento.
En 2010 Gerwig actuó por primera vez bajo la dirección de Noah Baumbach, en Greenberg (disponible en Netflix), escrita por él y su esposa de entonces, la también actriz Jennifer Jason Leigh. A partir de ese encuentro, Greta se convirtió en la musa de Baumbach; un año después ya eran pareja y desde entonces trabajan juntos; han escrito a cuatro manos varios guiones dirigidos por él y protagonizados por ella, que han funcionado muy bien, como:
– Frances Ha (2012)
– Mistress America (2015). Greta fue nominada al Oscar como mejor actriz.
– Ruido de fondo (2015). Está en Netflix.
Como actriz, Gerwig también ha participado en roles secundarios de algunos títulos menores del llamado cine mainstream, con directores como Barry Levinson y Woody Allen, y ha colaborado además con el gran Wes Anderson en Isla de Perros (2018).
La fórmula rosa
Con la película de Mattel, tanto Barbie como Greta Gerwig marcan el fin de una era en sus existencias. El mundo ya no verá a Barbie (ni a Ken) como lo hizo hasta ahora y Gerwig ingresa oficialmente a la escala industrial del cine. Intenta, empero, mantener su sello imprimiendo su particular mirada para crear un planteamiento que llega a ser original y digerible, aunque algo empalagoso visualmente, tanto por el color como por el exceso de plástico.
Criticar y magnificar simultáneamente a la marca Mattel es algo que requiere habilidad y Gerwig ha demostrado que la tiene; le sobra imaginación y confianza.
Se trata de una comedia suficientemente inteligente, con su dosis de feminismo, en lenguaje sencillo y jocoso, que capta la atención de su segmento, sin mermar el afecto por la muñeca. Una historia de juguetes con conflictos de humanos que salen de su mundo perfecto para darle sentido a su “existencia”, con lo que generan un diálogo con el mundo real y lo interpelan.
Para las niñas y niños que gusten de jugar con muñecas y proyectar sus sueños e imaginación en ellas, Barbie sigue siendo la propuesta con la que Ruth Handler la creó. Es el juguete que te dice que no tienes que ser sólo una cuidadora de bebés, con ella puedes imaginar y soñar con una vida mejor, llena de logros y satisfacciones que sean sólo para ti. “Puedes salir de la caja y ser tú misma” es la sentencia.
Barbie sigue siendo, sin embargo, una figura hiperfeminizada, blanca, flaca, sesgada y desavisada. Posiblemente por eso es tan segura de sí misma, confiada, ingenua, independiente, sin culpa, consciente de sus cualidades y de su belleza, con un Ken cosificado, pasivo y necesitado. No obstante, el resultado es bastante divertido, además de exitoso; los millones invertidos en publicidad y mercadeo funcionan. Somos el material más maleable del universo.
La película tiene muchas capas y se abre a variadas interpretaciones y abordajes y es ahí donde radica el gran logro de Gerwig, que con este contrato ha abandonado parte de su identidad como cineasta. Sin embargo, en esa delgada línea germina la riqueza de su propuesta, en el esfuerzo de no dejar de ser la artista que cuestiona al patriarcado y que busca deshacer los estereotipos de género, creando al mismo tiempo la piedra fundamental del universo cinematográfico para la piernilarga y comercial muñeca de Mattel.
Criticar y magnificar simultáneamente a la marca en cuestión es algo que requiere habilidad y Gerwig ha demostrado que la tiene; le sobra imaginación y confianza. Así es, observar a Greta en sus personajes, conferencias de prensa y entrevistas es verla actuar con consciencia plena de que puede ejercer su libre albedrío, como si no tuviese nada que perder. Quizás por ello permite que su talento y su versatilidad se desplieguen cómodamente. Basta ver sus dos primeras películas como guionista y directora, que fueron un éxito. Ambas giran en torno a la compleja etapa de la adolescencia femenina en distintos momentos de la historia:
- Lady Bird (2017). Con cinco nominaciones al Premio Oscar, incluido el de mejor película y dirección y ganadora de dos Globos de Oro, además de otros galardones. Disponible en Prime Video.
- Mujercitas (2019). Basada en la novela homónima de Louisa May Alcott, reimagina la historia y logra un bello resultado. Ganó un Premio Oscar y un BAFTA, además de unas 20 nominaciones. Disponible en Netflix.
En una entrevista que dio en 2020, Greta Gerwig comentó, entre otras cosas, que estaba preparándose para actuar en la obra de teatro Las tres hermanas, de Antón Chéjov, y que luego escribiría el guión de Barbie. También contó que de niña quería ser monja porque le gustaba la ropa y a la pregunta de qué historia quisiera reimaginar para una película, respondió que la Biblia, desde el punto de vista de las mujeres. Amén a eso.
Bonus track
El mumblecore (término acuñado en 2005) nació en el contexto y bajo la influencia de la transformación digital, inspirado en personajes ordinarios y con crisis existenciales, un estilo de películas por el que siento enorme aprecio. Las historias de gente común con problemas similares a los míos, son mis favoritas. En estas películas de presupuesto limitado y filmadas muchas veces entre amigos, se suele improvisar para dar mayor autenticidad a los diálogos y los personajes no vocalizan con claridad, como reflejando su incapacidad de expresarse plenamente. Para quienes quieran explorar, vean estos dos destacables títulos disponibles en streaming, de la época inicial de Gerwig, que están en la plataforma MUBI:
- Baghead (Jay Duplass, Mark Duplass, EEUU, 2008)
- Hanna takes the stairs (Joe Swanberg, EEUU, 2007)