Fotografía de Ignacio Loayza
Nada raro que las ancestras de Cristina sean griegas y estén ligadas a la historia, a la poesía, a la música. Porque ella siempre aterriza en las obras mayores relacionadas con Homero. Le encanta leer, edita, escribe y edita; seguramente rehace sus textos muchas veces. Dirige teatro y canta, además de extender su arte a la flauta traversa. Ha editado libros titánicos, ha dirigido teatro recientemente, se ha dedicado a cantar para niños y niñas, y ahora se lanzará con el proyecto de lectura escénica de la obra de la poeta Blanca Wiethüchter, Ítaca. Ama enseñar. Con tanto antecedente, había que preguntarle sobre su vocabulario y lo abrió como Caja de Pandora.
ALEMANIA.- Ach mensch! Arte hasta las últimas consecuencias. Rigidez de institutriz. Precisión hasta en el caos. Los sonidos de su lengua se han impregnado en mi voz. Frialdad, distancia. No podré morirme hasta no olerla en primavera.
(LA) BANDILLA.- Jugando con ritmos, letras y melodías, los niños que nos habitan se la pasan a todo dar. Además, según los educadores que también nos habitan, es en la infancia que se siembran el gusto por la música y la poesía. Las canciones son los juguetes de sonido más fascinantes y memorables.
CONSERVATORIO (PLURINACIONAL DE MÚSICA).- Escolaridad obligatoria en mi familia. Nidito de algodón para despertar la sensibilidad ante lo bello, lo efímero, lo etéreo. Maestros con todas sus letras, pero también de los que devoraron su propia creación: geisha, fruto prohibido, la bella entre las bestias, polvos del olvido. Amistades y amores intensos: por la improvisación, la música de cámara, el canto, los diálogos entre lo popular y lo culto. Semillas musicales que echaron raíz y han crecido indoblegables y frondosas: me gusta oír sus hojas aleteando al ritmo del viento.
CHICO (BUARQUE).- Professor de palabra, de sonido, de sentido, de “arte o muerte, venceremos”. Junto a Tom Jobim, Gilberto Gil y Elis Regina es parte del altar brasileño que bate no fundo do meu coração ritmando mis anhelos.
DIOSES.- Tantos y uno. Devota de lo sagrado, no importa cuál sea su nombre: me entrego.
MARÍA ELENA WALSH.- Poética del absurdo, transgresión de cabo a rabo, cantar y contar un universo en el que podamos habitar todos los niños. Sin moralejas y con la verdad de la poesía, ella ha sido sin quererlo la jardinera que ha cultivado los colores primarios de mi paleta.
FLAUTA.- Pluma volando en giros asombrosos. Aire, frases, horas. Una voz en la que aún tartamudeo o bostezo.
GARABATO.- Lo que se escribe en cuadernitos de todo tamaño porque no es posible evitarlo.
HONESTIDAD.- Imprescindible similitud entre intención (pensamiento, emoción, deseo…) y forma (palabra, sonido, gesto, …) si se quiere seguridad mínima en el vínculo con las personas o de una consigo misma. El gesto básico del (auto)respeto.
ÍTACA.- 1. En la epopeya de Homero, es el ensueño de patria para Odiseo, quien va por el mar durante veinte años coleccionando aventuras heroicas junto a sus compañeros mientras intenta volver a casa. 2. En el poemario-viaje de Blanca Wiethüchter es Penélope quien, surcando los mares de la espera, navega toda una travesía hacia su interior. Tuve la suerte de editar ambos libros, por lo que para mí Ítaca es un terruño esdrújulo hecho de añoranza y tiempo. Su mapa, finamente tejido por gigantes, tiene anverso y reverso de magnífico diseño.
JUGAR.- 1. Principio básico para ficcionalizar, componer, montar y crear en cualquier lenguaje artístico. Actividad que me tomo muy en serio. A veces, demasiado en serio. En alemán: spielen. Musik spielen, Flöte spielen, Theater spielen, Oper spielen. 2. Cualquier divertimento que arranque carcajadas entre amigos, y mejor si es con palabras. Ay sí, con palabras.
KAFKA.- como Hesse, como Ende… La autoridad, el poder y las jerarquías de este mundo se tambalean, Goliat herido, ante la narración que palabra a palabra se hace piedra pequeña pero precisa. Kafka, también en la orilla.
LAGUNA (CHRISTIAN).- Hermano de la vida y compinche de aventuras musicales. Es un oasis de inspiración o apapacho cuando el mundo se porta rudo. Músico admirable, versátil, creativo, es humilde porque es grande.
MANUELITA (EN LAS NUBES).- Niña voladiza que se queda colgada en ensueños esponjosos. Semejante era mi hija Sol Marina cuando era pequeñita. Manuelita fue gestada en 2008 y publicada en libro propio en 2021. Ella, su mamá y el sentido figurado que se hace literal aparecen en la obra de teatro musical “Perder el miedo”.
NIÑEZ.- Asombro. Vulnerabilidad pavorosa. Creatividad y magia verdadera. Es breve y eterna.
ÓPERA.- La palabra explorando todo su potencial sonoro para canticontar en ritual exquisito. Enormísima, se apropia de divas y las somete a su capricho narrativo y de virtuosismo. Arrasa con compositores, libretistas y puestistas que jamás alcanzarán la forma exacta, pero harán de todo, y aún más, por ella.
PERDER (EL MIEDO).- Teatro musical de cámara para niños y adolescentes. Rito de paso, autoconjuro. Libreto, composición, actuación…para despojar(me) de limitaciones y normas inflexibles, para regrabar sensaciones y diluir angustias de la infancia.
QUIJOTE.- Prueba fehaciente de que las ficciones modelan mentes para que modelen ficciones que remodelen la materialidad. Abracadabra, sea la palabra. Gracias a él, un tal Cervantes ha notado que no todos los gigantes son molinos.
REVERDECER.- Canción popular latinoamericana que, sembrada en la fértil tierra de nuestra infancia, fue regada con músicas de tradición escrita y brotó nomás cuando los Mellizos Gonzales, el Chris Laguna, el Juanan Palacios, mi hermano Mauricio, Jarry Singla y yo confluimos en tiempo y espacio.
SOUX.- Muñoz-Reyes es el clan materno. Lectura, cultura, artes, ciencia… Bibliotecas, conciertos, juegos de mesa, festividades deliciosas para compartir los afectos. Canto y Coral Nova, Huajchilla a la parrilla los domingos. Un inolvidable “cumpleaños feliz”, a varias voces, es el nuestro.
TEATRO.- Rito. Grito. Magia. Ensueño materializado. Realidad elegida. El juego más serio. Ficción viva. Misterio. Pregunta. Silencio. Oscuro.
ULISES.- En latín y Odiseo, el que odia, en griego. Héroe de la guerra de Troya y protagonista de increíbles aventuras durante los veinte años que le toma volver a su patria, en Ítaca es ausencia: marido, padre y rey son solo conceptos y vacío. Luz de la calle, oscuridad de la casa.
VALENTÍA.- El reverso luminoso del miedo. La voluntad que se enfrenta al océano de lo desconocido y resiste a los embates con la fe en los vientos favorables. Habilidad quijotesca imprescindible para dedicarse al arte cuando todo grita “eficiencia y plata”. Habilidad blanda obligatoria para mantenerse con vida y dignidad.
WIETÜCHTER (BLANCA).- Poeta vital de la literatura boliviana de fines del siglo XX. Perceptiva, de atento oído, metáfora honesta y amor por el detalle. Es también luz en tinieblas y pregunta sutil a las certezas. Espíritu bondadoso de voz grave que me acompaña.
E(X)PERIENCIA.- Los sentidos percibiendo el instante. El ser zambullido en el presente, siendo. Nadie nos quita lo bailado. Las más exquisitas son las que se dan en las artes: visitar exposición, escuchar concierto en vivo, ser espectador de teatro, danza, ópera… leer un libro. Y entre las sublimes: oír el rumor del agua, sonreír ante un aroma tenue que evoca universos, agradecer cuando la noche se tiñe de luna.
WA(Y)AR.- Wayar Soux, mi manada. Educadores, artistas, locos, fieras y hadas. Mi padre que al leer en voz alta construye ciudades y resucita almas; mi madre y su infinita sabiduría, capaz de recomponer desde un texto con huecos hasta una mente en crisis y aturdida. Seis hermanos con sostenidos y bemoles, tensionando y armonizando la partitura vital.
PI(Z)ARNIK.- Porque sonido, sentido y vida divergen y eso angustia; porque el lenguaje falta, porque no alcanza: hay que escribir el borde y el más allá de la palabra herida para salvarnos.
Cristina Wayar Soux es artista paceña con formación en literatura, música y artes escénicas; se desempeña como cuentacuentos y profesora de teatro.