Crítica
¿Qué relación hay entre ciencia, arte y magia, entre cultura y naturaleza? Los artistas Katé Aráoz y Adrián Zapata reflexionan al respecto y cuestionan las dicotomías desde esculturas y pinturas, colores y texturas.
El murmuro del eucalipto es una exposición bipersonal realizada por Katé Aráoz y Adrián Zapata que invita a explorar y recorrer las inquietudes de dos jóvenes artistas que habitan y observan la ciudad de La Paz refrescando la escena del arte local. Una muestra con la que inicia el año y en la que se explora la relación del arte con la magia, la ciencia y la naturaleza. La exposición plantea cómo el arte encuentra diversos canales para investigar y tratar de comprender la complejidad de la existencia humana y la relación con nuestro entorno. La muestra nos propone dos caminos artísticos que se encuentran en esta exposición y nos permiten preguntarnos sobre cómo conocer e investigar la vida y la naturaleza. Zapata a través de relacionar el arte con la magia y Aráoz a través de relacionar el arte con la ciencia.
Arte, ciencia y magia en la modernidad estuvieron construidos como terrenos separados donde era imposible su interrelación. En el surgimiento de la ciencia moderna, incluso se jerarquizó la producción de conocimiento y la ciencia aparecía superior frente al arte, la magia o la religión. Conocer la vida, interna o externa al ser humano, sólo era posible de manera científica. La ciencia construía conocimiento a través de la experimentación, la neutralidad, la objetividad y el uso de instrumentos que podían evitar la subjetividad.
Frente a este paradigma moderno de la ciencia, podemos ver cómo en la presente exposición el arte desafía su lugar e importancia en la producción de conocimiento. El arte se vuelve un vehículo para conocer e investigar la complejidad de la vida utilizando la magia, la poesía y el conocimiento sensible. Es así que desobedece el discurso de la ciencia como única manera de producir conocimiento e investigación de la vida y pretende repensar la relación que hemos establecido como humanos con la naturaleza.
Adrián Zapata se interesa por los procesos irracionales que le permiten crear desde la magia una posibilidad de descubrir y conocer el mundo.
Adrián Zapata en su interés por la magia menciona: “Utilizo las imágenes como portales mágicos”. Zapata entiende la magia como un canal de descubrimiento del conocimiento de su propia existencia. Por medio de esculturas y pinturas podemos encontrar su interés por el inconsciente. Zapata se interesa por los procesos irracionales que le permiten crear desde la magia una posibilidad de descubrir y conocer el mundo. Explora la subjetividad a través de la producción de formas y poéticas donde las materialidades de los objetos cobran mucho interés. La magia como arte tensiona el academicismo dentro la historia del arte y a la vez la racionalidad científica.
Por su lado, Katé Aráoz viene investigando la relación entre arte y naturaleza. Su obra es parte de los debates que reflexionan las dicotomías entre cultura/naturaleza, ciencia/arte y naturaleza/humanidad. Para la ciencia moderna, uno de los ejes fundamentales es la separación entre naturaleza y cultura. La obra de Aráoz busca quebrar esta dicotomía construida por la modernidad, donde nos separan a los seres humanos de la naturaleza. Desarrolla su obra a través de la poesía visual, entendiendo esta como un canal que le permite quebrar las fronteras, y nos plantea nuevas maneras de acercarnos a un conocimiento sensible de la naturaleza, en particular a los árboles. En esta ocasión, investiga la especie del eucalipto y sus hojas, que retuvo su atención por las contradicciones de su presencia en La Paz; siendo una especie no nativa, lo hemos adaptado a nuestros rituales mágicos locales e incluso medicinales. Observando la falta de árboles en La Paz, Aráoz cuestiona esta intención de compensar su falta con esta especie siendo que otras nativas podrían ser más benéficas para el ecosistema de la ciudad. Es una invitación a pensar, ver y oler las contradicciones de este árbol.
Katé Aráoz viene investigando la relación entre arte y naturaleza. Su obra parte de los debates que reflexionan las dicotomías entre cultura/naturaleza, ciencia/arte y naturaleza/humanidad.
Por otro lado, la exposición tiene una importante exploración por formas, colores, aromas y texturas. Zapata nos presenta una serie de pinturas y dibujos en los que hace uso de materiales como cera, carbón, trementina, óleo, aserrín, barniz, generando obras abstractas que se interesan por la expresión del gesto y de la materia. Cada obra repleta de manchas, huellas, gestos y texturas nos propone sentir cada uno de sus elementos. Paletas de colores en base a ocres y grises que nos convocan a pensar en las mezclas. Materialidades de objetos de construcción en vínculo con óleos, pinceles y tintas. Búsquedas por hallar espacios de encuentro entre sustancias diferentes. Líneas veloces. Manchas. Sus obras tienen el vértigo y el dinamismo de imaginar al artista trabajando como un explorador de materias, formas y texturas.
Aráoz nos plantea un recorrido a través de hojas de eucalipto, hilos, pigmentos naturales, agua, acrílicos, óleo, lino, yute, cola de piel, tiza y yeso. Trabaja los lienzos en la búsqueda de los detalles pero también la búsqueda de la simpleza y la suavidad por medio de sus tonos y colores. Una línea conductora en su obra es el azul. Ella mencionará: “Siempre uso el mismo tono de azul. Busco evocar en los troncos la fluidez y el encuentro del aire, el agua y la luz. Propongo recordar el proceso de fotosíntesis que no ocurre en ningún otro ser más que en las plantas. Le doy mucha importancia a la fotosíntesis ya que es el fundamento de la atmósfera que permite la vida”. Es así que podemos ver cómo su trabajo se convierte en una exploración por las formas, texturas y aromas del eucalipto.
*La exposición abrió las actividades 2023 de la galería Puro en San Miguel (La Paz).