¿Qué es una exproyección? Pues un audiovisual que te hace llorar desde el primer minuto: llorar de nostalgia, de admiración, de gratitud. Sergio Calero, su creador, quizás el documentalista boliviano más importante de la historia contemporánea contada en clave de rock, acaba de probarlo en la velada sobre El cine y el rock, un movimiento más de aquella Obertura que salía por televisión a fines del siglo XX.
El rock inventó la juventud. Con esa frase Sergio Calero se nos apareció en el Teatro Doña Albina para presentar su exproyección sobre cine y rock. Acudimos sus seguidores, aquellos que no sólo lo escuchamos por la radio, sino aquellos que crecimos viendo La Obertura del Siglo XX en los años 90 en la televisión. Quizás también estuvieron aquellos que hace muchos años hicieron cola en la Cinemateca Boliviana, cuando también se proyectó el programa de tele.
Es que hay un cariño especial con Sergio, su voz, lo que dice, cómo lo dice, el tema. Tengo un amigo que tiene todo el programa televisivo grabado en VHS; es más, me dijo que alguna vez deberíamos sentarnos a ver capítulo por capítulo, a ese nivel llega su fanatismo.
Hablar de Sergio Calero Cueto y Patricia Flores Palacios, su compañera, es hablar de aquel programa que marcó para siempre nuestra adolescencia y juventud. No sé si me equivoco de día, pero cada lunes esperábamos esas dos voces que nos narraban la historia de nuestros padres a través de su música. Allí descubrí a los hippies, allí aprendí a entender los 60, los 70 y Vietnam; también recuerdo perfectamente la vez que nos habló sobre Serrat o la muerte de Lennon. Es muy posible que allí me haya enamorado profundamente de Los Beatles y Janis Joplin. Sencillamente ese programa se convirtió en nuestra biblia musical donde Calero oficiaba como nuestro sacerdote.
Han pasado muchísimos años en los que ya no están en la tele, tampoco en dos calles de la ciudad donde podíamos ir a beber un trago con excelente música y una decoración hecha por y para melómanos. Ambas cosas ya no están. El programa dejó de emitirse hace mucho y el café, bar, boliche cerró las puertas debido a la pandemia.
Sin embargo, ambas, las voces de Sergio y Patricia siguen estando gracias a Radio Deseo, donde se han desplegado programas memorables, tan o más conmovedores que el programa de televisión. Ahora nuestros oídos se encienden los domingos para escuchar Desvaríos y La aguja digital donde no sólo se escucha música, sino reflexión sobre arte y momentos históricos importantes en nuestra cultura. Y la genialidad de Calero ha madurado tanto que ha seguido cautivando nuestra admiración.
Pero, lo que hizo esta semana en su exproyección terminó de convencernos de que es un documentalista único en Bolivia. De verdad yo pensaba que iba a ser una tertulia en la que Calero iba a realizar una exposición haciendo correr videos cortos para comprender lo que decía. Estaba preparada para una gran charla. Apareció con un mic, como si se tratara de una charla TED. Nos lanzó uno que otro dardo reflexionando sobre el rock y la juventud, y entonces nos regaló un video. Un video, El cine y el rock, donde renacía y rescataba todo lo que nos mostró en los años 90, pero corregido y aumentado por la calidad de imagen que antes no se podía conseguir. Lo digital nos permite ahora viajar con mayor precisión y diversidad de material. La cosa es que el hombre volvió a sentarse frente al escritorio, quizás a retomar sus guiones, volver a escribirlos y a ordenar todo ese material audiovisual y musical para volvernos a contar la historia del rock a través del cine y su mirada. Lo más grave es que se agarró de la mirada nostálgica de Cinema Paradiso para rompernos el corazón desde el principio. Quizás suene exagerada, pero nos presentó una película de alrededor de dos horas, película escrita, editada y dirigida por él, digna de televisión internacional. Y estaba todo lo que siempre nos ha dicho desde hace años, pero con la precisión que ha desarrollado con el tiempo.
Ojalá la exproyección se repita para que volvamos a repasar el aporte de Richard Lester en el cine de Los Beatles, el rockumentary como género emergente, Blow up y Cortázar, Buñuel, Godard y Kubrick, Charles Manson aspirante a músico pero asesino confirmado…
Ya en los primeros minutos, con la muerte de James Dean, yo ya estaba llorando. Y al final ya no daba con esas sensaciones que sólo la nostalgia te genera en el pecho. El Sergio escribe y dice las cosas de una manera tan particular que te hace nomás sufrir, disfrutar, pensar, reír, aprender, da ganas de tomar apuntes. Y te sorprende por esa costura fina al momento de hacer giros narrativos y musicales. Es un gran maestro y narrador de la historia contemporánea, porque obviamente no sólo te habla de música sino de historia mundial, de las razones sociológicas y culturales de ciertos eventos que se quedarán por siempre en la memoria de la gente.
Hace algunos años, cuando inauguraron su museo en La Obertura, estaban dos cosas que me hubiera robado. Una de ellas era un cuaderno donde se encontraban todos los guiones de La Obertura y el otro era un aviso necrológico publicado en Bolivia donde se sentía la muerte de Lennon. Asumo que los dos objetos están en la casa de Sergio y Patricia. Y también asumo que Calero vive retomando y acariciando los guiones que escribió para modificarse y presentarnos permanentemente un texto que nos transporta directo a los años maravillosos.
Ojalá se repita para que volvamos a repasar el aporte de Richard Lester en el cine de Los Beatles, la invasión británica con su música, las réplicas de una rebeldía desde Europa hasta América Latina, el rockumentary como género emergente, Blow up y Cortázar, Buñuel Godard y Kubrick, el espacio y Major Tom, Jack Nicholson y sus motocicletas, The Animals y la muerte del Che Guevara, Monterrey y Woodstock, Pink Floyd y la sicodelia censurada, mayo del 68 en Francia, Charles Manson aspirante a músico pero asesino confirmado… y así, un despliegue de conocimiento que atesora el director de Radio Deseo.
Ser un extraño de pelo largo y ser joven fue razón de sospecha en los años 60. En estas dos noches de exproyección en el Teatro Albina, todos fuimos sospechosos por cargar a cuestas nuestra rebeldía en el pecho y pudimos honrar la vida celebrando al principal sospechoso de juventud, el Sergio Calero.