Fotografía de Cecilia Fernández
Es de las que habla a nombre de todos. Don Severo, su esposo, no tiene ni que hacer el esfuerzo de pelearle el uso de la palabra; además, para qué, si doña Cristina lo hace mejor que nadie. Siempre tuvo facilidad de palabra y pasta de líder. Era la única mamá chola en el curso de su hijo mayor, Johnny, en el colegio Don Bosco. A mucha honra. Porque en aquellos años este país todavía no había aprendido a convivir con las polleras. Ella las llevaba con orgullo y así mismo crió a sus cinco hijos, Johnny, Vicky, Edith, Eduardo y Marisol. Todos profesionales. Ese es el mayor orgullo de la matriarca que suele presentarlos señalando primero su profesión. El esfuerzo valió la pena, aunque en su caso no hay penas que valgan. Ella vence cualquier obstáculo y se levanta fortalecida cual reina de su reino. Acaba de vencer un cáncer y ni habla de ello. Tiene mejores cosas de que ocuparse, por ejemplo, sus negocios. Hay que tener cuidado con doña Cristina Monasterios porque lo que dice cumple. De una casa pequeñita, vecina de la zona del Gran Poder, pasó a otra respetable en la zona de San Pedro. Aquella vez dijo “voy a construir un edificio”. Y ahí está, física y simbólicamente, ese edificio de 12 pisos donde ahora vive y reina doña Cristina, con un enorme patio decorado en la azotea, vista al Illimani. Es más, hasta la montaña de montañas, el majestuoso Illimani, parece incluso rendirse ante ella. Cuando menos, hacen una buena pareja. Aunque ella eligió la suya hace más de 50 años y ese es quizá el secreto de la estructura familiar que la matriarca sostiene. No por nada sus hijos envolvieron al matrimonio con una larga cadena de oro el día que el cura los bendijo celebrando su aniversario en la iglesia del barrio, la del Jesús del Gran Poder, del que son fervientes devotos. Por algo será. Pero además son folkloristas de corazón. Varias veces pasantes de la Fiesta Mayor de los Andes con su fraternidad, Los señores maquineros, los Aduviri Monasterios son ya una institución. A doña Cristina se le debe gran parte del impulso a la participación de las mujeres en esta fiesta antes reservada sólo a los hombres. Con mayor razón entonces, larga vida para ellos y la matriarca.
(N.d.E. Don Severo Aduviri falleció en noviembre de 2021)
Cristina Monasterios vda. de Aduviri es comerciante y folklorista, devota del Señor del Gran Poder.