Stef y la noche habla del embarazo adolescente y le ha valido a Diana Cabrera el premio municipal paceño de historieta. La artista acaba de publicar la novela gráfica sobre la obra Si me permiten hablar… 2021 ha sido un buen año para la joven que está dispuesta a dar batalla en el machista mundo del cómic.
La primera vez que Diana Cabrera se enamoró perdidamente del mundo de las historietas fue cuando tuvo en sus manos el especial de Navidad de Lobo, un cómic que cuenta la historia del violento encuentro entre el relativamente famoso cazarrecompensas estelar y el archifamoso Papá Noel. Toda esa locura desmedida, esos trazos sin sentido y ese humor negro y descabellado la atraparon para siempre.
No le fue nada fácil encontrar esa revista, ya que sus papás, en ese entonces, intentaron alejar a sus hijos del mundo del arte. Su papá, un conocido caricaturista, sabía en carne propia lo difícil que era mantener una familia con ese oficio, aparte, capaz prefería otro destino para su hija.
Para suerte de todos, Diana porfió y se dedicó de pleno al mundo de la gráfica. Su talento y calidad son dignos de exportación, por eso mismo no tardó mucho en ganar el Concurso Municipal de Historieta en el año 2018 con la obra Ser digno que estaba escrita por un amigo suyo. Admite, sin embargo, que ese trabajo la sonroja un poco, en la actualidad, por su temática violenta y hasta algo misógina. “Yo tampoco era madura, no estaba tan versada”, me dice con una sonrisa.
El mundo de la historieta es machista, da poca plata y normalmente se reciben más palos que abrazos; pero Diana está dispuesta a dar batalla, siempre con gentileza, el mejor instrumento de lucha.
En todo caso, este 2021 es definitivamente el mejor de sus años como dibujante. Por un lado, ha ganado nuevamente el Concurso Municipal con la obra Stef y la noche. Esta vez se siente más orgullosa, pues, siendo una historia propia, consiste en un relato corto que ha persistido un par de años en su cabeza antes de plasmarse en el papel. Trata acerca de un embarazo adolescente y sobre la terrible decisión que debe tomar una mujer de tener o no a la criatura.
Por otro lado, con la Biblioteca del Bicentenario de Bolivia acaba de publicar la novela gráfica de la obra Si me permiten hablar…, de Domitila Barrios. Son cuarenta páginas, hermosamente ilustradas, con las que se espera acercar a un nuevo público ese testimonio que es un clásico de la literatura nacional. Eso sí, fue el trabajo más duro de toda su carrera, pues tuvo un malentendido con los editores sobre el tiempo de trabajo; los tres meses que tenía previsto se redujeron a la mitad. “Fue horrible, me trasnoché bastante y la verdad no sé cómo lo he logrado”, confiesa.
Ahora que comienza a saborear el éxito, pone sus metas aún más arriba. Diana planea publicar una nueva novela gráfica con tintes históricos. Las editoriales del país ya la tienen en su radar y seguramente, pronto, nos deslumbrará con otra nueva obra.
El mundo de la historieta es machista, da poca plata y normalmente se reciben más palos que abrazos; pero Diana, quien inspira dulzura, humildad, respeto y mucho cariño, está dispuesta a dar batalla, siempre con gentileza, el mejor instrumento de lucha.