¿Qué es lo propio?, creación colectiva de danza contemporánea, es vivida por Andrés Mariño como un camino hacia la catástrofe hecho de covibraciones sonoras techno que manipulan al espectador, mientras en la zona de baile se libra una guerra.

El futuro llega con un trallazo de mutaciones corporales. Establece enlaces tácticos hacia adelante y hacia atrás envenenando el tiempo. El tiempo puede ser una línea, sólo depende de las drogas que consumas. El cuerpo deviene eléctrico, veloz y vigoroso por todas las inoculaciones de agentes críticos. Todo augura el fin del mundo. Ingresas a él como a una zona de guerra hypersónica cada vez más rápida y agitada. La continuidad sonora es interceptada por pausas hechas golpes de carne palpitante. “No sé si esos son sujetos, drones o extraterrestres ensamblados a celulares inteligentes”, dice un extraño al ver a la obra absorber decenas de cuerpos humanos.
Danzar no tiene nada que ver con elaboraciones narcisistas de autoproducción y relatos psicológicos hipno-autoconstructivos; no se hila nada durante la guerra, sino con las celebraciones distorsionadas de velocidades malignas poseyéndote. Promulgaron el confinamiento para no dejarnos danzar. Doomcore. “La danza no revela algún aspecto de lo humano, sino que tiene la capacidad de convertir al humano en otra cosa”, dice Mckenzie Warck. Y la creación colectiva de ¿Qué es lo propio? lo ha comprendido bastante bien. Ritmos despóticos te manipulan como si fueras un títere de carne mientras la luz estroboscópica te inocula una nueva generación de virus fotomigrantes. No hay mejor manera de decirlo que la siguiente: la música nos manda al carajo tecnificado donde no paras de transformante en un estúpido animal alienígena y combatir por tu vida.
¿Qué es lo propio? Este cuerpo es mío…obra de nadie es una obra de creación colectiva fabricada por Braian Nina, Belén Iñiguez, Camisita Carvajal, Christian Morales, Elena Filomeno, Gaba Claros, Juanqui Arévalo, Marie Giquel, Sofi Claros y algún demonio del futuro que invade este tiempo. Trance-carne camuflada en una obra de danza y en un título demasiado human-débil para las bombas que porta. Eso es la filosofía, y toda pretensión filosófica, un camuflaje o un vergonzoso fracaso. Lxs cinco ejecutantes íntegramente disfrazadxs (devoradxs por el disfraz) operan para una inteligencia y un cuerpo que no le pertenece a ninguno de ellxs. Así que toda obsolescencia proveniente de su agencia humana no llega a tener ninguna importancia en relación con la bestia colectiva encarnada mediante todo un despliegue de hechicería electrónica, haciendo de la carne un perfecto conductor para la zona de relámpagos salvajes y los trallazos de techno duro.
Si Cryptocuerpo (obra galvanizada por Camila Rocha y Dr. Viruz) hace en las catacumbas como un ejercicio de posesión extraterrestre mediante nexos de hechicería techno-trance, ¿Qué es lo propio? lo dirige hacia la superficie como el descendimiento de una plataforma alienígena en guerra perpetua. Cryptocuerpo fue una performance religiosa realizada en secreto durante dos semanas en el mes de septiembre, cuya misión era explorar estados de Afuera a través de guerra electrónica (musical, psicológica y textual) y posesiones demoniacas extraterrestres e infraterrestres. Cryptocuerpo se hermana con ¿Qué es lo propio? en el futuro cercano, invasivo, influido por los mismos demonios. Pero ¿Qué es lo propio? sale a la luz.
¿Qué es lo propio? es trance-carne camuflada en una obra de danza y en un título demasiado human-débil para las bombas que porta.

Estamos sobre la plataforma metálica caída desde algún exoplaneta donde la gravedad se disipa y condensa de acuerdo con las respiraciones solar-planetarias. Todo es muy variable, y aún así no deja de ser vigoroso. El escenario se dispone. Dj Coyak es un hechicero alienígena que se ha simbiotizado con armas sonoras para someter y zombificar a cuatro criaturas humanas perdidas en un planeta alienígena. Voluntad de poder manifestándose como una guerra interplanetaria. Lxs humanxs pierden la piel para ser devoradxs por nuevas pieles fosforescentes adaptadas al nuevo clima. Se arrastran por las derivas del ataque sonoro dirigido por un dios-dj cada vez más frenético (poseído por sus propias ejecuciones musicales, por sus máquinas, se le ve temblar). La trance-dinámica sonora es un tirano presubjetivo que lleva sus cuerpxs alienadxs de aquí para allá (la hipnosis es un sistema de control y de autoconocimiento / la alienación una televisión haciendo cortocircuito por la llegada de señales del futuro). Es decir, las vibraciones sonoras están manipulándonos mientras se infiltran en nosotrxs por los poros para destruir nuestras almas de una vez por todas. Y la zona de baile se convierte en una zona de guerra. Ellxs están dirigiendo todo hacia la catástrofe.
Una serie de esquirlas narrativas son desperdigadas a través de todo el conjunto intensivo de ¿Qué es lo propio? Pero no para poner orden, sino para potenciar la munición xenoísta. Es la siguiente. Un grupo de sujetxs son abducidxs por trallazos alienígenas y una percusión techno-demoniaca. Nunca la palabra sujetx fue mejor usada. Ellxs sufren un par de transmutaciones alienígenas, la primera es la siguiente: una larva múltiple arrastrándose en círculo para abrir un agujero de gusano y arrastrar todo el espacio al infierno del futuro para luego ser atomizada nuevamente en sujetxs antropomorfxs. Bienvenidx al éxtasis-gusano. Microexplosiones de sustancia santa son inhaladas por lxs asistentes mientras lxs danzantes pudren su ego en una religión infraterrestre. Estás listx para conocer el siguiente nivel de trasmutación: pequeños animales palmípedos se mueven en toda la zona. Llevan celulares inteligentes adheridos a la cabeza. Pero lo que importa en este umbral es que el dj es un fackin dios tirano. El que controla las ondas sonoras controla el futuro. Y Coyak se dirige a extirpar los aparatos Android-cerebrales de los pobres patos humanoides que mueren instantáneamente. Pero resucitan para hacerle la guerra a través de ondas infrarrojas hypersónicas. El Dj prevalece debido a su ensamblaje con las máquinas de deformación sonora, con el cerebro hinchado por la tiranía del sonido.
Como dije, ellxs están dirigiendo todo a la catástrofe. Luego de atravesar varios umbrales intensivos de danza alien atomizada, se termina de formar el agujero de gusano. Los espectadores son absorbidos por una fuerza de gravedad espiral. Nada humano debe escapar de la pista de baile. Los trallazos regresan. ¿Qué armas nos apuntan desde el futuro hypersónico? Te falta el aire por los gases del nuevo planeta. No te acostumbras. Saltas con desquicio; es la posesión electrónica. El DJ sonríe con todo su pelaje introduciéndose a los puertos del tablero. ¿La piel se te cae? El yo es arrasado en medio de gusanos que cantan.
