JAIME SAENZ. 100 años
“Regrese muy pronto, cabrón”. Así, las chifas paceñas.
En algunas chifas paceñas transmiten doramas coreanos como Escalera al cielo. Las que están cerca de la ex oficina de Correos de Bolivia (ECOBOL) tienen nombre de actores hongkoneses de artes marciales de los años setenta. Está la Chifa Jackie Chan. Está la Chifa Bruce Lee. Otras tienen nombres de personajes de videojuegos, como la Chifa Liu Kang o la chifa Double Dragon. En las chifas trabajan dos tipos de migrantes, los migrantes chinos, coreanos, hongkoneses que cobran a gritos a quien consume un pollo económico o un pollo agridulce. En la Chifa Dragón Negro, lo poco que dice el dueño en español es: “Gracias por su compra, cabrón” y “Regrese muy pronto, cabrón”. Luego están los migrantes de otros departamentos o que vinieron a la ciudad desde el campo. Ellos atienden las mesas, las limpian con trapos percudidos, toman el pedido de memoria, casi siempre están en silencio. Algunos lloran mientras escuchan una versión asiática de California Dreamin. Otros fuman al borde de las aceras de la avenida Buenos Aires mientras ven el atardecer contaminado de la ciudad y las trancaderas, y escuchan una cumbia chicha de Los Nohermas que trata acerca de la soledad o la traición.