Fotografía del archivo de Alberto Villalpando
Él no salía a menos que fuera para algo especial, y esto lo era: llegar hasta el final de la parada del micro 2 y subir hasta dejar las viviendas. Poco a poco fuimos ascendiendo un estrecho sendero al atardecer.
Encontramos lugares insospechados como una cantina de una sola habitación. La atravesamos y luego de bastante rato me indicó que ya habíamos llegado.
Nos sentamos dando cara al paisaje de la ciudad de La Paz. Vimos cómo iban prendiéndose las luces hasta acostumbrarnos al lugar. De pronto me preguntó: “¿Escuchas algo?”. Escuché con atención y sólo logré percibir el ladrido de perros cada vez más fuerte. Este asombroso detalle me gustó mucho. ¡Era como si estuviésemos en otra atmósfera! Todo el paseo estuvo acompañado de reflexiones poéticas y filosóficas. ¡Siempre diferente!
Jaime Saenz (La Paz, 1921 – 1986), poeta y escritor.