“El bombón asesino”, la creación de un experto en asesoría de imagen, posicionamiento de influencers y partidos políticos, Jorge Zonzini, logró sembrar la duda: ¿podía una simpática jovencita amante de los animales ser una asesina? Sumó más de 30 mil seguidores en menos de 24 horas. De Zonzini no tenía nada.
Era diciembre del 2017 cuando los fuegos artificiales, tarjetas de Navidad y villancicos de esperanza callaron de golpe con el violento estruendo de dos disparos que venían de una callecita poco concurrida. Allí, sobre los fríos adoquines y cerca de su motocicleta ensangrentada, se apagaba la vida de Fernando, un joven de 20 años asesinado esa madrugada.
A la par, en la mañana se encendía un bullicio mediático e histórico, por su misma característica, involucrando jueces, managers, asesores de imagen, youtubers y fans. Todos ellos ocupados en el caso, y, con particular atención, en quien disparó a quemarropa al joven de la motocicleta. Ella. era Nahir, su novia, a quien en adelante se la denominó: “El bombón asesino”.
(…) por primera vez, vio defender a una homicida con recursos mediáticos, los mismos que se utilizan para humanizar marcas, posicionar artistas y ganar elecciones.
“Este caso se gana en los medios, no en los tribunales”, fue la frase detonante que dejó perpleja y confundida a la población argentina y latinoamericana, que, por primera vez, vio defender a una homicida con recursos mediáticos, los mismos que se utilizan para humanizar marcas, posicionar artistas y ganar elecciones.
Mientras se llevaban a cabo las pericias e investigaciones, la prensa y la población se sorprendieron al conocer que el padre de Nahir, un policía de alto rango, no solo contrató a un bufete de abogados sino también a un experto en asesoría de imagen, posicionamiento de influencers y partidos políticos: Jorge Zonzini.
Con diez fotografías en Instagram seguidas de un storytelling sobre Nahir, el reconocido asesor de influencers difundía en redes sociales y en canales de televisión una imagen amable, infantil, sexy y altruista de la acusada. En los juzgados, por un lado, se deliberaba el tiempo de condena, con abogados que buscaban la manera de reducir la misma; por otro lado, Zonzini se encargaba de crear el mito alrededor de “El bombón asesino”, reactivando las cuentas de Nahir en Facebook e Instagram, sumando más de 30 mil seguidores en menos de 24 horas.
Facebook no fue la excepción. A partir de las fotografías difundidas por el manager de la joven, se crearon comunidades cibernéticas de apoyo que sumaban 10 mil activos a la causa Nahir. “Es una muchacha bonita, que celebra los cumpleaños y cuida animales, no puede ser asesina. Ella es como tú. ¿Tú eres una asesina?”, se decía en una fanpage. “Nahir disfruta de los paseos en la tarde después de jugar hockey”, manifestaba un seguidor.
Frases como aquellas, acompañadas de fotografías cuidadosamente seleccionadas por su asesor de imagen, circulaban en internet con la intención de generar empatía de los usuarios hacia la asesina, y así emitir veredictos, desde el anonimato digital, para presionar a los jueces a que no dictaminaran la condena.
En menos de un mes, una acusada de homicidio agravado se convirtió en un referente de la femme fatale. Era toda una celebridad o, como diríamos ahora, toda una influencer. La estrategia de hacer pública la vida de Nahir por parte de la defensa demostró ser un innovador y curioso recurso para enfrentar a la justicia. Por primera vez, se apeló a las comunidades digitales para manipular su percepción acerca de “la verdad” sobre un crimen que generó repercusiones igualmente mediáticas, tanto a favor como en contra, después de cerrar el caso con cadena perpetua.
La estrategia de hacer pública la vida de Nahir por parte de la defensa demostró ser un innovador y curioso recurso para enfrentar a la justicia.
Al son de “te amamos Nahir”, club de fans continuaron con el fortalecimiento del mito alrededor de “El bombón asesino” de 18 años (“La Bombona”). Youtubers de toda Latinoamérica compartían sus apreciaciones sobre la estrategia usada para limpiar la imagen de Nahir, quien pasó de ser una joven condenada a cadena perpetua por homicidio, a una marca que regula su venta en el mercado mediático y digital.
De vez en cuando, la cuenta de “La Bombona” compartía historias desde prisión en Instagram, sumando miles de likes y shares. Así también, ofrecía entrevistas exclusivas acerca de lo sucedido en aquel diciembre del 2017, cuando la población de Gualeguaychú en Argentina se detuvo un momento para contemplar en primera fila la resolución de un crimen que se convirtió en un reallity show.