Entre árboles, hasta el cielo
Casi no se la ve; no sé si por el lugar donde está, o porque las ramas secas de los frondosos árboles que la acompañan no permiten que aparezca. Uno puede caminar por su vereda minúscula, que varios automóviles estacionados invaden sin clemencia y nos obligan a tomar nuevos rumbos, haciendo que este trayecto sea…