El año 2016, la elección de la reina del Festival de la Orquídea, en Concepción, tuvo una particularidad: la reina electa era Sorda (con mayúscula). Si los concursos de belleza son parte de la cultura popular al alcance de quienes así lo deseen, Carla Priscila estaba en su legítimo derecho pese al revuelo de un evento ruidoso.
-Palma de la mano abierta y hacia adentro a la altura del rostro, pero sin rozar la piel. Ahora se hace un movimiento semicircular con los dedos hacia el lado opuesto del pulgar, rodeando con delicadeza la cara hasta que la mano quede cerrada.
Suena más complicado de lo que parece, pero esa es la seña de “bonito o bello” para la comunidad Sorda boliviana. Y esa es la seña que utilizó Carla Priscila para describirse a sí misma y convencer a su mamá de que la inscribiera al concurso de elección de la nueva Reina del Festival de la Orquídea 2016 que se realiza cada año en el municipio de Concepción desde el 2001.
Concepción es la primera sección de la provincia Ñuflo de Chávez. Se encuentra situada a 290 Km al noroeste de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra. Forma parte de las Misiones Jesuíticas de Chiquitos, que fueron declaradas en 1990 Patrimonio de la Humanidad. Carla y su familia viven en este municipio desde hace cuatro años.
-Mamá, quiero ser reina.
-No podés.
-¿Por qué?
-Hay un problema. Sos sorda y no podés hablar.
-No importa que sea Sorda, igual puedo. Soy bonita. Yo puedo con mi profesora. Ella puede interpretar y así es fácil.
-¿De verdad?
-Sí, por favor, yo quiero.
-Vamos a probar.
Las conversaciones con personas Sordas pueden ser así de directas y cortas. En este caso, la mamá de Carla, lo único que quería era no contradecir las ideas de su hija, quien suele enojarse con facilidad si no le dan gusto y, cuando “se le mete una idea en la cabeza, no hay quien se oponga a su voluntad”.
Mi hija tiene un carácter difícil. Se parece a mí. Siempre quiere salir con su capricho. Y yo siempre estoy dispuesta a todo lo que la haga feliz.
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El Festival de la Orquídea de Concepción inició en el año 2001 como un producto turístico que ha logrado posicionar al municipio como el Santuario de la Orquídea Boliviana. Durante muchos años se extrajeron grandes cantidades de orquídeas de varias zonas con la finalidad de comercializarlas sin un plan de manejo sostenible para su aprovechamiento.
El festival fue un proyecto que buscaba poner en valor un recurso natural –la orquídea– y a la vez impulsar un turismo sostenible que enfatice en la conservación de esta flor para evitar su depredación.
La flora de Concepción se caracteriza por la gran variedad de orquídeas que tiene. La más representativa de la zona es la “Cattleya nobilior” –flor de la piedra como la llaman algunos– que ha sido elegida como la flor símbolo de Concepción: tiene sépalos y pétalos de color rosado intenso y lila. Su aroma huele a vainilla limón. Tan “Dulce” como el apodo que pusieron a Carla el mismo día que nació. Ella, tan bonita como una flor.
Flor:
-Se juntan todas las yemas de los dedos de la mano derecha o izquierda. Sin despegar los dedos se hace la seña natural de la acción de oler en cada orificio nasal.
El 2016, la fiesta de las orquídeas, el evento más importante de Concepción por su carácter internacional, tuvo un plan de difusión más grande que años anteriores. Se lanzó la invitación oficial, en septiembre, en el stand de la Mancomunidad Chiquitana durante la Fexpocruz o Feria Exposición de Santa Cruz, considerada hasta la fecha, como el primer y más importante centro de negocios de Bolivia: una vitrina comercial de Bolivia al mundo.
Don Fernando, uno de los responsables de la organización del festival, considera que el del año 2016 fue el mejor organizado y el que marcó la diferencia respecto de los anteriores por la receptividad de los visitantes, la cobertura de los diferentes medios de comunicación en Concepción y en Santa Cruz de la Sierra y, sobre todo, por el desenvolvimiento de la reina.
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“Cuando ella nació en la clínica Siraní, siempre aparecía gente extraña, que visitaba a otros pacientes, la veían y decían: parece una muñequita, o ¡qué bella!”.
La abuela materna de Carla se emociona cada vez que habla de su nieta.
Carla:
-Se forma la letra “c”, de acuerdo al alfabeto dactilológico –alfabeto manual para Sordos–, a la altura de la oreja y se desliza la mano, derecha o izquierda, hasta el nivel del pecho con movimientos que simulen las ondas de un largo cabello.
Así es el nombre de Carla en lengua de señas boliviana, LSB. En la cultura del Sordo, se bautiza a las personas con una seña particular que puede originarse por la inicial del nombre, por la actividad que desarrolla o por características físicas de cada persona. En el caso de Carla, su seña tiene que ver con su cabello ondulado.
Durante su primer año de vida, Carla Priscila Vilar Urquiza pudo escuchar todo lo que la rodeaba y articular palabras como mamá, papá, agua y hola, entre otras. Pero una semana después de su cumpleaños número uno estuvo internada varios días a causa de una fiebre alta e incontrolable y vómitos.
La desesperación familiar empezó cuando después de esa terrible semana de internación en el único hospital que había bajando del Cerro San Simón –ubicado en el departamento de Beni y casi frontera con Brasil–, la niña desmejoró a tal punto que su cabeza se hinchó, su piel se volvió morada, ya no abría sus grandes ojos y su respiración se agitaba cada día más. Debían llevarla a un hospital de tercer nivel y la única forma de hacerlo era pagando una avioneta que los transportase a la ciudad de Santa Cruz de la Sierra para salvarle la vida.
En la avioneta la esperaba una enfermera para controlar cualquier emergencia que se presentara. La mamá de Carla jamás olvidaría la escena en que presenció la reanimación que la enfermera aplicó a su pequeña y cómo la máscara de oxígeno le devolvió el aliento para continuar respirando y seguir con vida. Le había dado un paro respiratorio.
Fue un viaje corto, pero de mucha tensión hasta llegar al hospital donde ya tenían la sala de terapia intensiva lista para recibir a Carla. Restablecieron sus signos vitales y el diagnóstico fue que sufría una bronconeumonía. Empezó a recibir más de cuatro dosis de antibióticos al día.
A la segunda semana recién pudieron controlar la fiebre y en la tercera, la dieron de alta. Estaba tan débil que no podía moverse sola. El doctor les advirtió que la niña se recuperaría con lentitud.
La mamá de Carla jamás olvidaría la escena en que presenció la reanimación que la enfermera aplicó a su pequeña y cómo la máscara de oxígeno le devolvió el aliento para continuar respirando y seguir con vida. Le había dado un paro respiratorio.
En su casa de Santa Cruz de la Sierra, sus familiares solían ir a verla con regularidad y en una de esas visitas se dieron cuenta que algo no estaba bien en la recuperación de la pequeña Carla. Sus tíos, abuela y mamá estaban charlando y de pronto cayó una mesa de planchar que por el escandaloso ruido asustó a todos, excepto a la niña. Ella ni siquiera giró la cabeza.
Sospecharon que tenía una infección en el oído y al día siguiente acudieron al médico. Le hicieron una audiometría y supieron que la niña no tenía una infección. Ella había perdido completamente el sentido auditivo.
“Fue tan doloroso que llorábamos como si se hubiera muerto”. “Fue un shock para todos”. “No lo podíamos aceptar”. Son algunos comentarios de su abuela y mamá al recordar esos momentos tan difíciles.
Los esfuerzos de llevarla a Brasil y Suiza durante los siguientes años, tras la esperanza de encontrar un nuevo diagnóstico favorable que devolviera a Carla la posibilidad de escuchar, fueron inútiles porque el diagnóstico era el mismo: la niña quedó con un daño irreversible en el oído y quedó sorda.
Sorda:
-Dedo índice de la mano derecha o izquierda apuntando al oído. Mientras tanto, el otro brazo se flexiona hacia adelante hasta la altura del pecho, con el dorso de la mano hacia arriba y los dedos extendidos y juntos. Se mantiene la posición inmóvil hasta recibir a la otra mano que apuntaba el oído. Esta última deberá quedar en la misma posición y forma que la mano inmóvil.
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Un concurso de belleza es una competencia en la que el aspecto físico en combinación con la personalidad hace ganar o perder a sus participantes.En otras palabras, este tipo de eventos exigen ser bonita y carismática. Con ese último requisito se intenta equilibrar en algo la superficialidad y otros principios y valores que se les cuestiona. Aún así son eventos muy arraigados en la cultura, particularmente en sociedades pequeñas y machistas, como en la que Carla se crió. Y como tantas muchachas como ella, Carla quiso precisamente ser una de ellas, con los mismos derechos y oportunidades.
La primera experiencia que vivió Carla en ese mundo fue cuando la eligieron “Reina de la Belleza” representando a su kínder de la escuela especial para Sordos Julia Jiménez de Gutiérrez, en la ciudad de Santa Cruz. Ella tenía 6 años.
En el año 2014 viajó a Cochabamba representando a su unidad educativa Monseñor Antonio Eduardo Bols (Concepción), como candidata al concurso “Reina de los Juegos Plurinacionales”, evento deportivo nacional exclusivo para personas con discapacidad. Aunque ella es una excelente deportista autodidacta, viajó con la idea de ganar el título de Reina.
La convocatoria para participar en la elección de la nueva Reina de la Orquídea 2016 fue lanzada dos semanas antes de la noche final de la elección. Los requisitos eran: tener entre 16 y 20 años y vivir en Concepción. Cada participante debía ser elegida previamente por un grupo o institución. Carla representaba a su colegio, Monseñor Antonio Eduardo Bols.
Don Milton, Don Fernando y Alexander, todos funcionarios de la Unidad de Turismo y Cultura de Concepción, no niegan que cuando Carla se presentó junto a su madre para inscribirse, tenían serias dudas y mucha desconfianza. Les preocupaba que no pudiera hablar, explicar y responder a las preguntas que le pudieran realizar los jurados: ¿Qué es la orquídea? ¿Cuándo nace el Festival de la Orquídea? ¿Qué especie de orquídea representa a Concepción?
Trataron de convencer a Carla y a su mamá que era mejor esperar hasta la segunda semana de noviembre y que la joven participara en la Fiesta de la Tradición de Concepción. Alegaron que las inscripciones ya se habían cerrado, estaban a horas del concurso y las otras participantes ya habían ensayado la coreografía de un baile de presentación una semana atrás.
Algunos dirán que aprovechando la condición de discapacidad de Carla, la madre argumentaría discriminación ante la negativa de inscribirla y recurriría directamente al alcalde para quejarse. Otros dirán que evidentemente hubo discriminación porque no era la primera vez que una participante quiso inscribirse el mismo día del concurso. En otras ocasiones, algunas muchachas de comunidades aledañas que quisieron participar en el mismo concurso de belleza, fueron inscritas a pesar de llegar tarde. La realidad, en esta ocasión, fue que el alcalde dio la orden para que Carla participe.
Y si en algo estaban todos de acuerdo era en que Carla era muy atractiva.
Total, como dice la mamá de Carla:
“para ser reina sólo se necesita ser bonita, no hablar”.
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-¿Cuál es el nombre de la comunidad donde se puede apreciar a las orquídeas en su hábitat natural y en qué año nació el Festival de la Orquídea? Fue la pregunta que le tocó responder a Carla en el concurso para ser reina de la orquídea.
-Buenas noches a todos. Mi nombre es Carla (deletreó su nombre con el alfabeto dactilológico) y mi seña es:
Hizo la letra “c” a la altura de su oreja y deslizó su mano derecha hasta el nivel del pecho con movimientos que imitaban las ondas de su largo cabello.
-Soy una persona Sorda, pero soy bonita y también puedo ser reina y representar a Concepción. Respondiendo a la pregunta, el nombre del lugar es El Encanto y el año del primer Festival de la Orquídea fue el 2001.
Esa fue la interpretación que hizo su maestra e intérprete Karen, quien asegura haberse sentido más nerviosa que la misma Carla, por ser la voz de su alumna esa noche. Tenía miedo de equivocarse. Recuerda:
“No era difícil la pregunta que le hicieron. Carla estudió conmigo. Ella estuvo tranquila. Hizo una seña natural de gracias y las otras candidatas copiaron su gesto. Fue espontánea desde el principio”.
Gracias:
-Ambas manos se colocan a los extremos y al borde del mentón o barbilla con las palmas hacia adentro de la cara. Los dedos estarán extendidos y pegados. Luego se desplaza ambas manos hacia adelante manteniendo la anterior posición.
Pero la seña de agradecimiento que hizo Carla al finalizar su respuesta fue cruzar los brazos en su pecho y luego abrirlos como ofreciendo su corazón al público presente. Sonrió. Hizo una reverencia con la cabeza y volvió a su lugar.
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Así como la orquídea cattleya nobilior es originaria de Brasil y Bolivia, coincidentemente Carla tiene ascendencia brasileña y boliviana. Ella mide aproximadamente un metro y sesenta centímetros, es de complexión delgada, tez bronceada y pelo oscuro, largo y ondulado. Tiene un lunar al estilo Marilyn Monroe, pero al lado derecho. Cuando sonríe, se ven sus dientes blancos y alineados. Sus ojos son grandes, de color café claro y sólo permanecen quietos para las fotografías.
Carla es evidentemente bonita. Pero lo que tiene de bonita, lo tiene de caprichosa.
– No quiero ir a la escuela, mamá.
– Tenés que ir.
– No tengo uniforme y no iré.
Cuando una idea se le mete a la cabeza, no hay quien la haga cambiar de opinión y su mamá sabe muy bien. Carla es de las personas que se defiende cuando alguien la molesta. Más de una vez, su madre tuvo que acudir al llamado de las directoras de los colegios donde estudió su hija, con la queja de que Carla se había peleado con otras alumnas. Pero nunca la castigó porque sentía que solo era una reacción de defensa ante los insultos de los demás.
Sea por bonita o por audaz, Carla siempre acapara la atención de los demás. Y lo logra no por ser Sorda. “Cuando usted la ve, es como esa flor, bonita, habla por su belleza natural. Es una chica bien simpática y amiguera”. Así la describió uno de los jurados encargados de calificar y elegir a la reina de las orquídeas 2016.
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El Estado boliviano reconoció en 2009 la existencia de la lengua de señas boliviana, LSB, a través del Decreto Supremo Nº 0328. La lengua de señas no es universal. Cada país tiene una propia de acuerdo a su cultura, incluso con sus diferencias en el propio país.
Existe una diferencia fundamental entre las personas que usan una lengua de señas como su principal medio de comunicación y aquellas que no lo hacen. Los Sordos (con mayúscula) son aquellas personas con discapacidad auditiva (de nacimiento, por accidente o enfermedad), que se identifican con la LSB y se comunican a través de ella en su vida diaria. En cambio, los sordos (con minúscula) son aquellas personas con discapacidad auditiva (de nacimiento, por accidente o enfermedad) que desconocen y no utilizan la LSB. Aquí la persona sorda es percibida como un enfermo al que hay que curar.
Carla nació oyente. Cuando tuvo la edad suficiente, asistió a una escuela especial para Sordos donde le enseñaron a “oralizar”, es decir, a comunicarse exclusivamente por medio de la palabra y de la lectura labial. Luego aprendió lengua de señas boliviana. El ciclo secundario lo realizó en una escuela regular, pero inclusiva. Actualmente, sus cursos de maquillaje están postergados a causa del COVID-19. Ella quiere convertirse en estilista profesional.
La persona Sorda es en esencia bilingüe porque comparte dos lenguas: la LSB y el español. También es bicultural porque aún permaneciendo y participando de su cultura Sorda, es parte de la cultura oyente.
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Yo contaba 1, 2, 3, 4, 5, 6 y la vuelta. Las otras chicas la miraban y decían: ¿Quién es ella? Nos va a fregar la coreografía. Relata entre risas el responsable de las inscripciones de las candidatas para reina y coreógrafo del ballet municipal de Concepción.
El coreógrafo que recibió de mala gana la idea de incluir a Carla a última hora al concurso, se quedó sorprendido cuando le enseñó la coreografía de una chobena –danza típica del oriente boliviano– y bastó repetir dos veces la explicación de los pasos y Carla captó con rapidez. Las otras candidatas venían ensayando a diario desde hacía varios días, pero Carla ejecutó el baile mejor que ellas, “incluso me dio ganas de invitarla a mi ballet. Lo hizo bien y lo importante era que disfrutaba el baile”, dice el coreógrafo.
Carla suele estar siempre sonriente. Y nada le quitaría la sonrisa durante la noche del concurso, ni siquiera la mala anécdota que vivió al momento de lucirse en traje de gala.
Las participantes tenían dos presentaciones: la primera en “traje típico” y la segunda en “traje típico de gala”. Carla había llevado un traje de gala convencional. Estaba en problemas. Y de repente, un golpe de buena suerte la salvaría. El coreógrafo recordó que había alquilado dos trajes para otra participante y rápidamente fue a conseguirlo.
“Calificamos pasarela, vestuario y carisma. Carlita, en cuestión de vestuario, no era tan imponente como las otras muchachas. Incluso dicen que se prestó ese vestido. Pero en la belleza lo que se impone es la actitud”, indica un jurado calificador al recordar el concurso de belleza más polémico que tuvo Concepción.
Carla se ríe con algo de vergüenza cuando recuerda aquel vestido, porque le quedaba tan ajustado que se rompió. Pero en ese momento no tenía más elección que ponérselo, lucirlo y agradecer su buena suerte.
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– ¿Cuál es tu color favorito?
– El azul, porque me recuerda cuando viajé en avión y estuve cerca del cielo. – ¿Cuál es tu sueño?
– Mi sueño es ser dueña de un salón de belleza. Quiero ser estilista profesional. Viajar donde haya mar. Casarme. Tener hijos. Tener mi propia casa y auto.
Desde niña Carla había logrado imponer su voluntad así como se impuso en ella el mandato que se impone a las mujeres destinadas a lograr la familia feliz sin demasiado cuestionamiento. En uno de los dos viajes que hizo con su mamá a Suiza por razones médicas, no aguantó más de nueve meses y exigió regresar a Bolivia. Su madre, que con tanto esfuerzo viajó junto a su niña en busca de mejorar su situación económica y dar mejores condiciones de vida a su hija, terminaría quedándose sola a trabajar en Europa y aceptando que Carla, con 7 años de edad, regrese sola a Santa Cruz, Bolivia –con supervisión de una azafata durante tres escalas– por la simple razón de que a la niña no le gustaba estar en Suiza y extrañaba a sus amigos.
La mamá de Carla ve positivo el carácter fuerte que su hija mostró desde pequeña. Y sin titubear afirma:
“Dulce no se acompleja de nada. Ella hace sus cosas sola: se compra su ropa por sí misma, va a fiestas, sale con sus amigos. Nada la haría más feliz que dedicarse al mundo de la moda y belleza, y con gusto yo la apoyaré. Me imagino poniéndole un salón de belleza porque tiene un don para peinar y maquillar. Tiene buen gusto. Nadie le enseñó a vestirse y ella creó su propio estilo. Más o menos desde los 7 años ya elegía sola su ropa y no se dejaba peinar.”
De hecho, cuando la mamá de Carla contrató a una amiga de Concepción para que la peinara y maquillara en sus diferentes presentaciones a los medios de comunicación en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, no hubo un día en que estuviera conforme con el trabajo de la mujer contratada. Siempre retocaba o modificaba ella misma su maquillaje. Terminó aceptando que le hiciera las trenzas con flores en sus cabellos –porque eso no podía hacerlo sola– pero, en cuanto al maquillaje, ni hablar, “sólo Carla podía maquillar a Carla”.
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Mientras en Santa Cruz de la Sierra se festejaba con serenatas y diferentes eventos el aniversario 206 de la gesta libertaria, en Concepción se vivían momentos de tensión por el polémico empate entre las concursantes Esperanza y Carla. Ambas, candidatas finalistas entre siete participantes para ser la nueva Reina del Festival de las Orquídeas 2016. Se conocían de vista, pero no eran ni son amigas.
Para Esperanza y su familia hubo una especie de fraude en el concurso, porque según los rumores, el empate anunciado por el presentador fue inventado y los resultados finales daban por ganadora a Esperanza con tres votos a favor contra uno que correspondía a Carla. Y se dijo también que a último momento uno de los cuatro jurados cambió de opinión y le quitó el voto para dárselo a Carla.
Los organizadores aprenderían la lección de considerar un número impar de jurados para la próxima elección y así evitar momentos incómodos e insultos hacia los jurados.
“Vendidos”, y el desagradable “colla de mierda, la reina debe ser una nacida aquí”, fueron gritos dirigidos a uno de los organizadores del festival y a quien atribuyen la responsabilidad de decidir arbitrariamente que el público elija mediante aplausos a la ganadora. “Algo injusto”, en palabras de Esperanza, considerando que los jurados tenían la obligación de elegir a la ganadora. Por algo estaban allí.
Según Esperanza, la participación de Carla fue injusta por las siguientes razones: Carla no había hecho el esfuerzo de ensayar cada noche la coreografía de baile que presentarían al público la noche del evento. Ella no había nacido en Concepción y no tenía el derecho de representar al pueblo. Y por último, el jurado le realizó una pregunta repetida, por lo tanto, era difícil que se equivocara cuando otra participante ya había dado la respuesta. Pasarían dos semanas más, y Esperanza fue nombrada, por invitación directa, Reina de la Tradición 2016 de Concepción.
“No hubo fraude en el concurso de la reina de la orquídea. Algunos atribuyen ese triunfo a su discapacidad auditiva y dicen que si ella no ganaba iba a ser una gran discriminación. Yo no consideré eso porque ella lo hizo bien, modeló bien y se expresó bien. Lo hizo sin temor”, recuerda el diseñador del vestido prestado que usó Carla en el concurso. Agrega:
“Sucedió algo muy curioso: todos los medios querían ver a Carla. Fue un suceso en Concepción. Yo soy periodista y tengo colegas que decían: ¿Pero por qué una Sorda?, ¿no había más? Lamentablemente nuestra sociedad está tan cerrada y perturbada. No tienen esa mentalidad de aceptar a una persona diferente”.
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La iglesia y museo misional de Concepción –atracciones turísticas importantes del lugar– quedaron al frente y lateral izquierdo para la vista de los que estuvieran arriba de la tarima principal. Ese sería el escenario donde se realizaría el concurso de belleza.
Ese día “volcó sur”, término utilizado en Santa Cruz cuando el clima pasa bruscamente de caluroso a frío, con la característica de que siempre viene acompañado de viento e incluso algunos chubascos. Debido a ese cambio de clima había poco público, pero suficiente para aplaudir y elegir a la nueva reina.
– Aplausos para la señorita Esperanza.
(Fuertes aplausos y gritos).
– Aplausos para la señorita Carla.
(Fuertes aplausos y gritos).
El empate continuaba manifestándose en los aplausos. Nuevamente el presentador repite la orden de aplaudir y, en esa ocasión, el ex enamorado de Carla decide encender algunos fuegos artificiales que había llevado y animar a otros amigos a que griten con todas sus fuerzas.
– Aplausos para la señorita Esperanza.
(Aplausos y gritos).
– Aplausos para la señorita Carla.
(Fuertes aplausos, gritos y fuegos artificiales).
No hubo duda. El apoyo hacia Carla fue contundente. Pero ella no se había dado cuenta que recibió más aplausos y gritos, hasta que vio la expresión de felicidad acompañada del llanto de su madre y cómo desde debajo de la tarima y en medio del público, la apuntaba, dándole a entender que le había ganado a la otra finalista. Era oficialmente la Reina de la Orquídea de Concepción 2016.
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Carla sintió desde esa misma noche el ajetreo que significa ser reina. Se quedó hasta las dos de la mañana festejando con las autoridades, amigos y público en general. Todos querían tomarse una foto junto a ella.
Pero ese fue solo el inicio de dos semanas intensas de promoción y difusión del festival de la orquídea que se llevaría a cabo los días 7, 8 y 9 de octubre en Concepción. Carla tenía la obligación de estar presente en todas las actividades, antes, durante y después de esta fiesta. Tuvo que realizar spots publicitarios; visitar medios de comunicación en Concepción y Santa Cruz; contar más de una vez junto a su madre la historia de cómo quedó Sorda; aguantar las ampollas que le produjeron los zapatos de tacos altos; desvelarse y madrugar de un día para otro; tomar la chicha –bebida típica del lugar- que tanto odiaba y fingir que estaba deliciosa; bailar mientras el coro misional cantaba canciones que ella no podía escuchar ni comprender.
Su cuenta en Facebook tenía más “likes” de lo normal. Amigos, conocidos y desconocidos enviaron mensajes de felicitaciones por esta red social. Muchos Sordos manifestaron su orgullo nacional públicamente.
Como final perfecto de un capricho cumplido o la tenacidad de una muchacha destinada a la exclusión, ella había sido la última en presentarse durante el concurso de belleza causando sorpresa entre los presentes. Fue la última en inscribirse como candidata. La última en darse cuenta que había ganado. Sin embargo, Carla fue la primera Reina de la Orquídea Sorda que participó y triunfó gracias a los aplausos del público de Concepción en el año 2016.
Reina:
Mano derecha o izquierda haciendo la letra “r” del alfabeto dactilológico (se cruzan los dedos índice y medio y el resto de los dedos se cierran hacia la palma). Se lleva la mano hasta el hombro contrario y se baja hasta la cadera del lado opuesto manteniendo la “r” hecha inicialmente. Seña que hace referencia a las bandas de tela que usualmente llevan las misses.