Fotografía de Cecilia Fernández
Dijo que dedicaba el acto a su papá, a quien le gustaba ver cómo caía la nieve. Y esa noche, en el escenario del Teatro Municipal de La Paz, nevó. Entonces, él elevo su mirada al cielo y fervorosamente ofreció su arte a quien en vida no pudo asistir a ninguna de sus presentaciones como mago. ¿Cómo lo hizo?, no tiene importancia, Byron en escena expresó su drama y lo combinó con magia, creando la ilusión y la emoción que se apoderó de los que estuvimos presentes esa noche.
El drama y la magia son artes de la ilusión. El actor que representa a Merlín en la historia del Rey Arturo persuade al público de que tiene poderes extraordinarios pero también emociones y pesares, tal como debe hacer un mago.
Y es que Byron no es un hacedor de trucos, él ofrece ilusiones, él personifica al mago creando un ambiente donde todo lo inexplicable puede suceder. Y para lograrlo recurre a ideas o recuerdos o cualquier hecho mágico que le haya sucedido y los combina con sus conocimientos sobre magia; no en vano su conferencia, expuesta en varios congresos, se llama Cómo crear un acto único y propio.
Han pasado varios años desde que nos conocimos, primero compartiendo secretos, luego imaginando y creando puestas en escena para llevarlas al teatro. A lo largo de esos años he visto su crecimiento como artista y su generosidad para compartir su magia con quienes tienen inclinación manifiesta por este arte. La pasión que lo inspira y motiva se refleja en cada uno de los actos de su vida.